Chicago premia la lámpara Gea, de Arturo Álvarez, que además expone su modelo Guau en el Design Museum de Londres e ilumina proyectos de Sheraton y Hugo Boss
25 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Alfonso Andrade La elegante alusión al cuerpo femenino de la lámpara Gea sedujo al jurado del prestigioso premio Good Design , concedido cada año por The Chicago Athenaeum: Museum of Architecture and Design, y que ha recaído en el diseñador Arturo Álvarez, que ilumina la artesanía gallega desde que en 1994 se instaló en su obradoiro de San Miguel de Sarandón (Vedra).
«El premio ha supuesto el reconocimiento a muchos años de trabajo -explica el autor-. Gea es una escultura de luz que alude a un cuerpo femenino, una pieza que encendida es sensual, y sin embargo, para mi sorpresa, tiene cierto halo de misterio porque hay quienes ven en ella otras cosas, como formas de la naturaleza». Gea participará junto a otros modelos premiados en la exposición The Good Design Show 2009 y pasará a formar parte de la colección permanente del museo.
No es el único reconocimiento para este creador. De su colaboración con los diseñadores de El Último Grito nació la lámpara Guau, que participa en varias exposiciones, como Rojo, en Conran Shop New York, o Design Cities, en el Design Museum de Londres. Del 8 de mayo al 27 de junio estará también en Significant Colour, en la Aram Gallery londinense, especializada en diseño contemporáneo.
El prestigio internacional no aleja a Arturo Álvarez de sus raíces. La alternancia de días claros y oscuros tan habitual en Galicia está en la raíz de su arte: «Todos estamos influidos por el entorno en el que nacimos y vivimos. Los efectos de claroscuro están en mi memoria y, por tanto, son parte de mí y de mi trabajo. Siempre me ha gustado el contraste de blanco y negro, claro y oscuro, luz y sombra».
Álvarez está presentando sus últimos trabajos en la feria Euroluce, de Milán. «Es importante estar allí -afirma-, porque concentra todo el diseño internacional, con las últimas visiones de diferentes culturas. Este año llevo dos propuestas. Una más comercial, llamada Métrica, que crea una caja de luz sin sombras para que se puedan realizar diferentes composiciones al juntar varias piezas, y otra muy innovadora que se llama Flu y que es una lámpara sutil y ligera visualmente, pero a la vez con mucha contundencia y movimiento».
Después de Milán le tocará volver a sus proyectos, todos ellos de envergadura. Álvarez ha iluminado hoteles Sheraton y Westin en Dubái, Meliá en Cancún y AC en Barcelona. «Acabamos de hacer una tienda de Hugo Boss en Dinamarca, el hotel Radisson SAS en Toulouse y un Accord en Luxemburgo. En el futuro pensamos abrirnos a institutos tecnológicos y establecer alguna colaboración con la universidad, pero aún está muy verde», resume Arturo Álvarez, que avanza además nuevas colaboraciones con El Último Grito y Héctor Serrano en Lab, su laboratorio de diseño.