Treinta jóvenes canjean por trabajos las sanciones por orinar en la calle

La Voz

SANTIAGO

El Concello impondrá la cuantía máxima por una falta leve a un joven por miccionar y defecar en la vía pública

20 nov 2007 . Actualizado a las 03:54 h.

Diez meses después de la entrada en vigor de la ordenanza de Convivencia, Residuos e Limpeza Urbana, el Ayuntamiento continúa manteniendo una estrecha vigilancia sobre una de las actitudes incívicas prohibidas expresamente en dicha normativa, la de satisfacer las necesidades fisiológicas en la vía pública. El empeño municipal en eliminar o limitar esas acciones es evidente en el número de sanciones impuestas desde entonces. Se acercan ya a las quinientas, mayoritariamente por micciones en el casco histórico, un ámbito sensible en este sentido para las autoridades, de ahí que la sanción mínima por esa infracción sea más alta que en el resto de la ciudad. Estas actitudes están consideradas como faltas leves, sancionadas con carácter general con entre 100 y 750 euros, pero para el centro monumental el mínimo se ha fijado en 300.

Ese es el importe que se está imponiendo hasta ahora y que, de momento, se mantendrá salvo para las reincidencias. Sin embargo, ya se ha dado un caso que acabará siendo penado con la sanción máxima, la de 750 euros. Y no precisamente por localizarse en el casco viejo. De hecho, la infracción se produjo hace unos diez días, de madrugada, en la calle Eduardo Pondal, pero el importe de la multa -el expediente aún se está tramitando- alcanzará por primera vez los 750 euros desde la entrada en vigor de la nueva normativa. Porque el infractor, un joven de algo más de 20 años, no se limitó a orinar en la vía pública. «También hizo sus necesidades», afirma la edil responsable de Seguridade Cidadá, Marta Álvarez-Santullano, quien defiende que «neste caso se poñerá a sanción máxima».

Una treintena de los multados han optado por permutar sus sanciones por trabajos en beneficio de la comunidad. Una modalidad que permite la ordenanza y que de momento el Concello ha dirigido a la limpieza de los restos del botellón. Sin embargo, esa permuta no se ha hecho efectiva en ningún caso. Raxoi está pendiente de aprobar la correlación entre el importe de la multa y las horas de trabajo, cuestión que resolverá pronto la Xunta de Goberno.