04 ene 2012 . Actualizado a las 03:25 h.
Ayer, a las doce del mediodía, las calles de Vilagarcía velaban con un respetuoso silencio el sueño de quienes habían pasado en vilo la primera noche del año. Una imagen bien distinta era la que ofrecían esas mismas calles veinticuatro horas antes. El 31 de diciembre, como es tradición desde hace doce años, una multitud se reunió en la plaza de Ravella para tomarse las uvas de la suerte y brindar con un vaso de champán doce horas antes que el resto de España. foto mónica irago