Las tropas gallegas entregaron las medicinas precisas para cada dolencia detectada en los 54 menores
06 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La presencia de las tropas pontevedresas en los acuartelamientos afganos de Herat y Qala-i-Naw ya se está empezando a notar entre la población civil de este país asiático. De hecho, médicos militares de la Brigada de Infantería Ligera adscritos al Equipo de Reconstrucción Provincial han realizaron un reconocimiento sanitario de medio centenar de niños de una de las barridas de esta última localidad afgana.
Para llevar a cabo esta iniciativa, los soldados tuvieron que requerir la colaboración de las autoridades locales. De hecho, antes de desplazarse al barrio pashtun de Shamail Daría, al norte de Qala-i-Naw, y establecer un puesto médico, los integrantes del equipo cívico-militar -hace de interlocutor, en muchas ocasiones, entra las autoridades y la población civil y los militares-, con la cooperación del mullah de la zona, prepararon una lista de todos los niños que, en principio, presentaban los problemas de salud considerados como más prioritarios.
El Ministerio de Defensa reseñó que, una vez elaborado el listado, «cada niño o niña, acompañado por un representante local, fue pasando por el puesto médico que la comandante médico Susana Gómez-Gimeno -de la Brilat- y el capitán enfermero Alfonso Tomás habían instalado». Se da la circunstancia de que esta infraestructura se ubicó en un edificio, «todavía sin terminar», que está construyendo la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y que está diseñado para, en un futuro, albergar un centro de formación de profesores.
En total, fueron 54 los niños, de entre dos meses y 9 años de edad, que fueron reconocidos por los facultativos pontevedreses. En el transcurso de estas labores de asistencia la comandante Susana Gómez-Gimeno fue precisando a los representantes locales el tratamiento que se deberá seguir en los próximos días para cada caso en concreto.
Este trabajo se completó con la entrega gratuita de los medicamentos precisos para dolencia. En este punto, fuentes ministeriales reseñaron que, en el caso del medio centenar de niños examinados, «las patologías más comunes fueron las respiratorias y las intestinales».
Tuberculosis endémica
No en vano, en muchos puntos geográficos de Afganistán, la tuberculosis persiste como un mal endémico, una situación que se agrava con el hecho de que el agua en estas mismas áreas no suele ser potable y porque existe una carencia casi que generalizada de desagües. Este cúmulo de circunstancias provocan que, con bastante frecuencia, «las aguas residuales se filtren al subsuelo y sean absorbidas por las plantaciones de frutas, verduras y cereales».
De este modo, a través de estos alimentos, determinadas sustancias y patógenos presentes en las aguas residuales entran en la cadena alimenticia de los afganos, sobre todo cuando son ingeridos sin cocinar previamente.
Es por ello que una parte de los proyectos acometidos por los equipos cívico-militar presentes en Afganistán tratan de paliar esta situación y mejorara la vida y salud de los habitantes de este país. En este sentido, desde Defensa se precisó que suelen ser iniciativas de impacto rápido, con las que «consiguen paliar muchas necesidades y problemas de la población civil de la zona».
En la actualidad, y desde hace unas semanas, la Brilat tiene desplegados en los cuarteles de Qala-i-Naw y de Herat a un total de 295 soldados de la base pontevedresa, de los que 249 proceden del regimiento Isabel La Católica.