Cortes de luz intermitentes, tejados despedidos por los aires, árboles caídos por doquier y una larga lista de destrozos fueron las consecuencias del temporal de la madrugada de ayer. En toda la comarca hubo incidencias, pero el viento y las lluvias se cebaron especialmente en los municipios de Marín, Cuntis, Vilaboa y Moraña, donde los daños fueron más apreciables en un conjunto comarcal donde ningún concello se pudo quedar al margen.
En la ciudad de Pontevedra, la Policía Local, bomberos, Protección Civil, Cespa, Aquagest y las brigadas municipales estuvieron en alerta ante la muchedumbre de incidencias que deparó la noche. La mayor parte de las actuaciones se centraron entre las 20 horas del pasado viernes y las tres de la madrugada de ayer. Pese a lo espectacular de las rachas de viento, en Pontevedra capital los destrozos fueron limitados.
Las caídas de árboles sobre el tendido eléctrico, farolas, viales y aceras se registraron en gran parte de las parroquias y varias calles de la ciudad. También hubo que retirar de la calzada en doce calles y plazas tejas, chapas, tuberías, claraboyas, tendales y otros objetos arrojados a la vía pública por el viento. Además se desactivó una alarma de una grúa que se disparó en un edificio en construcción en Rosalía de Castro, y que fue denunciada, según apuntaron fuentes municipales.
Rural pontevedrés
En el rural, las cosas fueron más complicadas. En Ponte Sampaio hubo que retirar de la calzada el tejado desprendido del pabellón de los deportes. Un vehículo circulaba por la vía en el momento del incidente, pero no hubo lamentar daños personales ni tampoco se vio dañado el coche.
En Marín, los destrozos se intensificaron en calidad y cantidad. En el CEIP de A Laxe el viento arrancó las planchas de uralita del pabellón del centro educativo, que se estrellaron contra el patio del colegio y las calles aledañas, dañando varios coches y causando la alarma de los vecinos. Previsiblemente las clases se retomarán mañana. Cabe recordar que este centro ya se vio afectado por el temporal del pasado invierno, cuando se cayó parte del almacén contiguo al pabellón.
En la playa de Aguete, el mar acabó por destrozar el velero que llevaba varado en la arena desde el pasado martes. La caída de árboles provocó cortes en carreteras en Ardán, San Tomé y A Laxe. Tejas y otros objetos provocaron destrozos diversos en seis vehículos aparcados.
Talud de la AP-9
En Vilaboa, se produjo uno de los incidentes más llamativos. El talud de contención de la AP-9 se vino abajo en un tramo de la parroquia de San Adrián, precipitándose contra una vivienda. Afortunadamente la casa se encontraba desocupada en el momento del suceso, lo que evitó una posible tragedia. La avalancha de tierra, piedras y maleza fue tan intensa, que los escombros arrasaron todo el patio, entraron por una ventana y ocuparon parte de las escaleras y del bajo. En la N-554 también hubo que extremar la precaución por la caída de árboles y anegamientos ocasionales.
En Bueu, el viento tumbó la puerta metálica del campo de fútbol en As Lagoas. También se llevó por delante parte del paseo marítimo en Pescadoira, una vez más. Además, los bomberos de O Morrazo retiraron un árbol en el vial entre la playa de Beluso y el barrio de Cabalo.
En las playas de la ría la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (Cemma) detectó tres varamientos de cetáceos en torno a la playa de A Lanzada y un cuarto delfín en la costa de Bueu.
En Moraña, un cable eléctrico cayó sobre una casa en Longás, en la parroquia de Santa Xusta. Todo quedó en un susto, porque afortunadamente de este incidente solo se rompieron tejas. Una salida de vía a las 7.33 horas se saldó con un herido al chocar un coche contra un muro en el mismo municipio. En Moraña, también se retiraron multitud de ramas y árboles de las carreteras y todo el concello sufrió apagones.
Río Umia
En Cuntis, la N-640 hacia Caldas estuvo cortada unos 45 minutos por la caída de un árbol, mientras que la PO-320 lo estuvo otros treinta minutos por culpa de un pino. En la carretera que enlaza esta localidad con Moraña hubo un desprendimiento de tierra que incomunicó ambas villas. También voló un esquinal del tejado del edificio del CEIP Don Aurelio.
El Umia bajó con un nivel alto todo el día a su paso por Caldas, pero no amenazó la villa, ya que se mantuvo un margen suficiente de caudal. Las compuertas del embalse estuvieron abiertas todo el día para evitar que desbordase la presa. En Barro cayeron árboles en multitud de pistas y la conducción en la N-550 también estuvo complicada.
En Campo Lameiro, el viento llevó por los aires el tejado de las oficinas de la cantera de Pontevés en Couso y provocó desprendimientos en la carretera de Praderrei. Cotobade registró apagones prolongados y caídas de árboles. Se registraron incidentes menores en Poio, Sanxenxo, Ponte Caldelas y Portas. La maquinaria de la Diputación trabajó despejando ocho viales principales de la red provincial.