El Pontevedra acabó en Santander con su sequía de malos resultados lejos de Pasarón. Los jugadores granates viajaron a tierras cántabras con la clara intención de sumar su primera victoria a domicilio, pero solo lograron llevarse un punto de su visita a los campos del Pilar de Guarnizo. El 0-0 sabe a poco porque los pupilos de Rafa Sáez afrontaron los últimos quince minutos del encuentro en superioridad numérica por la expulsión de José Picón por doble cartulina amarilla. Fue un partido de poder a poder entre ambos conjuntos en el que a los pontevedreses solamente les faltó el gol, sobre todo cuando en la segunda parte tuvieron la posibilidad de hacerse con el dominio del partido. Pero al conjunto gallego le faltó pericia y ambición para haber superado a un rival que eligió defenderse para mantener el empate inicial. Un resultado que si valía a los locales, pero que quedó en escaso botin para el Pontevedra.
Racing de Santander B y Pontevedra disputaron un encuentro muy igualado, en el que los cántabros pusieron la calidad y los pontevedreses el oficio y el mayor saber estar sobre el terreno de juego. La primera mitad comenzó con los cántabros dispuestos a llevar el control del centro del campo intentando imponer su mayor dominio del balón ante un Pontevedra, muy bien situado en el terreno de juego, que cortaba cualquier intento de llegar a su área.
Fue una fase en la que el equipo granate se mostró algo conservador, aunque buscó también el desgaste de su rival para intentar superarlo durante la segunda mitad.?Los balones por alto iban a ser la principal arma de los gallegos en este partido, y así en el minuto cuatro llegaba la primera ocasión en un remate de cabeza de Pelegrina a la salida de un saque de esquina que se iría fuera por poco.
El Racing B, por su parte, intentaba llegar hasta las inmediaciones del seguro Saizar en jugadas a balón parado porque les costaba Dios y ayuda crear peligro de otra forma como consecuencia de la buena defensa visitante, que casi siempre ganaba la partida a los delanteros locales. Al Pontevedra le faltaba un plus de intensidad para armar el juego en el centro del campo y llegar con más efectivos en sus salidas al área del filial cántabro, que por otra parte, a medida que pasaban los minutos fue perdiendo el respeto a su rival.
Inmejorable ocasión de Tigrao
Las mejores ocasiones en esta primera mitad iban a ser, sin embargo, y gracias a una fase en la que aplicó una mejoría en su juego, para el Pontevedra. En el minuto 12 un centro chut de Moré a punto estuvo de sorprender a Mario. Un minuto más tarde, en el trece, un disparo de Juan Rodríguez lo atajaba bien Mario, pero la ocasión más clara para haber abierto el marcador la iba a tener Felipe Tigrao a los treinta y un minutos de juego. El delantero brasileño le ganó la espalda a los centrales, pero no fue capaz de superar al cancerbero santanderino en el mano a mano final. Con esta ocasión concluían los primeros cuarenta y cinco minutos sin que se vieran goles en ninguna de las dos porterías.
La segunda parte comenzó sin cambios en ninguno de los dos equipos. El Racing B, al igual que en la primera mitad, quería tener la pelota y el Pontevedra apostaba por adelantar un poco más sus líneas de presión con el objetivo de poder robar la pelota más cerca de la portería rival. Una situación, está, que el Racing B aprovechó para llegar con más claridad hasta los dominios de de Saizar. Así, a los dieciséis minutos de la reanudación, Gonzalo dispuso de una buena ocasión que detuvo muy bien el arquero pontevedrés.
A los veintiséis minutos, de nuevo, Canales para los locales disponía de otra oportunidad para abrir el marcador en un disparo desde la frontal del área que se iba ajustado al larguero de la portería del cuadro gallego. Pero a la media hora de reanudado el encuentro, el Racing de Santander B se iba a quedar con un hombre menos tras recibir Picón su segunda cartulina amarilla, una situación que aprovechó el Pontevedra para imponer su superioridad numérica en el terreno de juego encerrando a los cántabros en su campo.
Dominio muy infructuoso
No obstante, esa presión no fue suficiente para poder marcar un tanto que le hubiera dado la victoria llegándose el final del partido con el empate inicial. Ni la entrada de Danilson ni la de Manuel Gato sirvieron para mejorar la productividad ofensiva de un Pontevedra que cuando quiso intensificar su ofensiva se encontró con un Racing de Santander B encerrado atrás. Los jóvenes jugadores cántabros apenas dejaron huecos.
Ante esa resistencia, el Pontevedra lo tuvo peor que cuando estaban once contra once, porque a partir de ese momento el Racing de Santander B dejó menos espacios y apenas permitió maniobrar a su rival, que terminó el partido con la clara sensación agridulce de haber perdido dos puntos.