En la capital de As Burgas todo sigue similar al 2007, aunque PP y BNG hayan cambiado a sus líderes. El primero roza la mayoría absoluta y el PSOE pugna por compensar la caída del Bloque. Las heridas abiertas en el Partido Popular tras el congreso en el que el 40% de la militancia (y de forma especial en la capital) no secundó a Baltar en la entronización de su hijo, todavía supuran. El vencedor empuñó el látigo del rencor y expulsó de la cúpula de la lista al ex alcalde y candidato en el 2007, Poly Nóvoa. Fue la única defenestración en una capital gallega. En su lugar colocó a Rosendo Fernández, ex alcalde de A Merca (municipio de 2.244 vecinos) y desconocido para el 43,8% de los ourensanos, que lo suspenden en su valoración. No importa. La ola del cambio juega a su favor y el castigo a ZP puede ser el regalo a Rosendo Fernández el 22-M. Su antecesor había conseguido, en un contexto mucho más complicado, rozar la mayoría absoluta. Eran momentos cálidos para la izquierda. ZP estaba en la cima de su talante y sus dádivas y PSOE y BNG llegaban al ecuador en el Gobierno de la Xunta. Sin poder en Madrid ni en Santiago, Poly Nóvoa había conseguido para el PP 26.160 votos (a 2.200 de la mayoría absoluta), por 16.428 del PSOE y 12.253 del BNG. Ahora, con ZP desmoronándose, con Feijoo al timón de la Xunta y con Pachi Vázquez restando afectos socialistas (el candidato de Ourense fue subordinado suyo en la alcaldía de O Carballiño), los vientos demoscópicos soplan a favor de que Rosendo Fernández recoja la antorcha del poder que durante 12 años tuvo el PP merced al liderazgo de Manuel Cabezas.
Al actual alcalde socialista, Francisco Rodríguez, los ciudadanos le premian en este barómetro en conocimiento, 90,7%; valoración, 5,46, e incremento del porcentaje de voto, del 26,5% al 30,2%. El estirón puede que no sea suficiente. Necesita para seguir gobernando que un BNG tocado por la mano de la división y los problemas judiciales (tres de sus líderes han dimitido al estar imputados en delitos de prevaricación, falsedad y cohecho) no baje en demasía. Tanto le preocupa al líder del PSOE la debilidad de la nacionalista Isabel Pérez (aupada a la candidatura por 4 votos tras unas primarias que ganó la UPG) que no hay acto oficial en el que no la exhiba a su lado ni pedestal que no le ofrezca. El escaso conocimiento y valoración que le otorga la encuesta (la conocen el 45,9% de los vecinos, que la suspenden, 3,82, tras ocho años en la vida pública) pone en difícil posición a Paco Rodríguez, que corre el riesgo de que su buena gestión de cuatro años se vea lastrada por las disputas internas de sus socios de gobierno.
El líder socialista es el más conocido y valorado y el único que sube en intención de voto