Pasión olímpica a 15.000 kilómetros

OURENSE

Propietarios de bazares y restaurantes vibran con los éxitos de sus compatriotas en los juegos

20 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los juegos olímpicos son un fenómeno global que atrae la atención de todo el mundo, pero si algún país los está siguiendo con especial interés es, evidentemente, el lugar donde se celebran: China. Algunos de los hijos de esta república no tendrán la suerte de poder vivirlos allí por estar emigrados a 15.000 kilómetros de su país, como les ocurre los integrantes de la colonia china en la provincia. Esa distancia se reduce a cero en su corazón, alterado estos días por los juegos olímpicos.

Marisol Sun -que es llamada así porque su nombre asiático significa sol de mañana: Xiaohong Sun- está viendo las competiciones a través de la televisión española pero también de la china, la TV4. «Así tenemos las dos visiones, la de aquí y la de allí», explica. La mujer, responsable del restaurante Gran Muralla, está feliz con la imagen que está dando su país con la organización del evento, algo que achaca en buena parte a la colaboración de numerosos voluntarios. Sus propios amigos y familiares en Pekín forman parte de ese colectivo.

Sun también está muy contenta por los resultados de sus compatriotas aunque dice que se lo esperaba. «Es normal porque el país está avanzando mucho, no solo económicamente, sino en otros sentidos. Cuando un país sube es por todo y el deporte es importante», dice. A pesar de todo esta mujer, que lleva 18 años en Ourense y tiene dos hijas nacidas aquí, también apoya a España en estos juegos. «Yo estoy en medio, entre España y China, pero si España juega contra Francia, por ejemplo, claro que quiero que gane y si es contra China me da igual uno que otro», explica mientras recuerda entre risas la eliminación de la pareja asiática de tenistas por Ruano y Medina.

La hostelera dice vivir muy feliz en Ourense, al igual que Xue Mei Zhou, que lleva seis años en España, el último de ellos ya en la ciudad al frente del Bazar Shanghái. Antes estaba en Madrid, pero prefiere la capital ourensana porque, dice, «es más tranquila y hay muy buena gente». En cuanto a las olimpiadas, Zhou las sigue por televisión e Internet, aunque también la mantienen al día sus familiares en China, con los que habla muy a menudo. «Estamos todos muy contentos», dice.