El PP sostiene que 25.000 litros del vertido de gasoil acabaron en el Miño

R. N.

OURENSE

03 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El vertido de 50.000 litros de gasoil a la red de alcantarillado de la capital prendió ayer la mecha del pleno municipal. El turno de ruegos y preguntas fue aprovechado por el PP para realizar una batería de preguntas al alcalde para que diese explicaciones sobre lo acontecido y acabó con un bronco intercambio de acusaciones e insultos entre populares y socialistas.

La principal discrepancia se produjo a la hora de determinar si la fuga de combustible había llegado al río Miño. El portavoz del PP, Enrique Nóvoa, sostuvo en su intervención que 25.000 litros habían acabado en el Miño. Su argumentación se basa en que, según dijo, la depuradora de Reza tan solo trata el 50% del líquido que llega a sus instalaciones: «Senón se enterou vostede disto é preocupante, pero peor sería que o supera e mentise ós cidadáns».

La versión del alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, es radicalmente opuesta: «É mentira. De ser así, habría contaminación visible e especies mortas». Por ello, mantuvo que ni un «so litro de gasoil» llegó al río Miño y que el incidente se solucionó sin provocar ningún «prexuízo» ambiental. Además de responder a las preguntas del PP -reiteró que la primera noticia que tuvieron sobre el vertido fue el lunes por la mañana- el regidor socialista señaló que la planta depuradora de Reza está recuperando la normalidad: «A situación se arranxou no mínimo tempo e con eficacia».

Los informes de la empresa encargada de la depuradora no convencieron a Enrique Nóvoa. «Eu non me fío da empresa», dijo antes de mostrar su preocupación por el hecho de que el olor se detectase el jueves y el alcalde no fuese informado hasta el lunes.

Cortina de humo

El debate se tensó todavía más cuando Francisco Rodríguez aseguró que el PP está utilizando el vertido como una «cortina de fume» para tapar el «maior desastre dos últimos 50 anos, que provocaron cun PXOM ilegal». Así, antepuso lo que considera un «incidente controlado» como la fuga de combustible a una «catástrofe» como la provocada por las dos sentencias que anulan el plan de urbanismo del 2003.

En su intervención, Rodríguez destacó que la labor de la Policía Local fue «impecable» siguiendo el protocolo establecido, aunque matizó que tal vez deba cambiarse.