Jóvenes esposados que acuden a declarar se ven obligados a esperar en los pasillos
25 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Las instalaciones de la Fiscalía de la capital ourensana no cumplen con lo establecido en la Ley del Menor porque vulneran el derecho a la intimidad. Así lo aseguran los responsables de la Junta de Personal del Pazo de Xustiza, quienes recientemente han trasladado a la Xunta la necesidad de que se disponga de una sala que pueda ser utilizada por los menores que acuden a declarar a las instalaciones de la fiscalía, situadas en la quinta planta del edificio judicial de la capital ourensana.
El motivo que subyace bajo esta petición está en que actualmente, al no disponer de esa sala -obligatoria por ley- los menores que acuden al juzgado, sus acompañantes y cualquier persona que sea citada para prestar declaración o realizar alguna diligencia, deben esperar en los pasillos de la fiscalía, expuestos a ser vistos tanto por los funcionarios como por cualquier persona que acuda a esas dependencias.
Esta situación está afectando a chicos que, muchas veces, acuden esposados y se ven obligados a permanecer en los exteriores durante el tiempo que dura su espera, lo que supone para ellos una obligación degradante, a la par que contraria a lo establecido por la ley, ya que vulnera su derecho a la intimidad.
Por este motivo, desde el sindicato SPJ-USO, con mayoría en la junta de personal de los funcionarios del Pazo de Xustiza, se ha reclamado a la delegada provincial de Presidencia, la consellería con competencias en Xustiza, que se adecúe en el menor tiempo posible una sala que pueda ser utilizada por los menores como lugar de espera mientras no son requeridos para cumplir con sus obligaciones legales. Pese a que no adelantó plazos ni fórmulas para solucionar el asunto, la delegada provincial de Presidencia, Concepción Camiña, se comprometió con los funcionarios a estudiar la posibilidad de habilitar alguna estancia que reúna las condiciones necesarias para los menores.
Nueva reforma
Es posible que la solución a esta cuestión pase por la reutilización de alguno de los despachos o locales de la quinta planta del edificio, en la que están la fiscalía y el juzgado de Menores. Pese a tratarse de unas dependencias reformadas hace pocos años, la administración no contó en su momento con la disposición de una sala de espera para los menores por lo que se prevé que, de nuevo, sea necesaria la realización de alguna nueva reforma, con cargo al erario público.