Terraplanistas en acción

Fernanda Tabarés DIRECTORA DE VOZ AUDIOVISUAL

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20 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Oí hablar por primera vez de los terraplanistas hace unos cinco años. El movimiento tenía fascinado a un amigo cabal, enganchado a las chaladuras de lo que entonces parecía una ventolera pasajera que volaba con comodidad por las redes. Pero por alucinante que parezca, los terraplanistas siguen entre nosotros y a mediados de septiembre celebrarán un congreso en Menorca al que acudirán «referentes del cuestionamiento cosmológico» para entre todos destapar la «gran mentira y estafa de que vivimos en un globo, damos vueltas alrededor del Sol y estamos en un espacio infinito», según han declarado las organizadoras al periódico Menorca.

Resulta alucinante rastrear las teorías de los seguidores recientes del inventor inglés Samuel Birley Rowbotham que en el siglo XIX decidió que la Tierra era una superficie plana cuyo centro era el Polo Norte. Colocó el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas a pocas millas sobre la superficie de ese mundo chafado y consiguió un cierto revuelo entre ciudadanos ilustrados de una época en la que ya no había dudas sobre la redondez de nuestro globo.

A la Tierra y a la ciencia le han pasado muchas cosas desde que Birley fundara su escuela de Astronomía Zetetica, lo que no ha impedido a los flat-earther defender con pasión una hipótesis que no deja de mejorar, pues ahora sostienen que el planeta no solo es plano, sino horizontalmente infinito y con al menos 9.000 kilómetros de profundidad.

Cualquiera que haya tenido la ocasión de discutir con un terraplanista habrá comprobado la fortaleza de sus convicciones, inasequibles a cualquier evidencia, incluidas las más obvias, teniendo en cuenta que hay unos cuantos seres humanos que ya han visto la Tierra desde el espacio y constatado que es hermosamente oblonga. Los terraplanistas tienen incluso sus propios mártires, como el conductor de limusinas Mike Hughes, que murió en un cohete de fabricación casera cuando trataba de desmontar la conspiración astronómica, que tiene engañado al mundo con la complicidad de las grandes agencias espaciales. Y en España, el youtuber Oliver Ibáñez, con más de medio millón de seguidores, llegó a despreciar la perplejidad con la que Pedro Duque encajó el éxito de su cuenta: «Gracias por la mención, Pedro. La Tierra bola está basada en teorías que jamás se han comprobado y en imágenes fraudulentas creadas por ordenador». Chimpún. Qué difícil debe de ser gobernar el mundo. Redondo.