Este medicamento es un gran disco de pop

YES

Estos dos chicos se hacen llamar Lora y piensan que su música es medicinal. Por eso lanzan al mercado su nuevo álbum en un formato insólito: como un medicamento sonoro para sanar el alma

04 dic 2020 . Actualizado a las 11:29 h.

El lorazepam se administra para tratar los estados de ansiedad. Ahora también es el título del segundo disco de este dúo de Carral formado por Carlos Eirís y Alejandro Gesto «Chupi». Y no solo eso. La influencia medicinal se ha plasmado en el propio formato del álbum. En lugar de volcar sus canciones en un cedé o un vinilo, Lora la ha introducido en un caja de pastillas. En su interior va un pendrive con ellas. El prospecto incluye las letras y recomendaciones de uso. No desean solo calmar la ansiedad, sino también generar la felicidad pop en el oyente.

«Íbamos un día caminando por la Marina, en A Coruña, y escuchamos a una señora que le decía a otra que le habían recetado lorazepam», recuerda Carlos. La reacción fue inmediata: «Nos miramos y nos dijimos: ‘Oye, llamándonos Lora no puede ser que no tengamos una canción sobre el lorazepam'. Esa tontería pasó de ser una canción a ser la canción que da nombre al álbum». Luego llegó la presentación: «Nos gusta hacer siempre cosas un poco distintas. Nos rayaba la idea de hacer un cedé normal. Hablando con Pablo y Chesko, que son los amigos que nos ayudan en todo, surgió la idea de hacerlo como un medicamento. Y así fue».

POP, RAP Y CAFÉ QUIJANO

Llevan juntos desde el 2018. En el 2019 sacaron un primer disco y se colaron en festivales como el Noroeste, antes de Patti Smith, o el Festival de la Luz, precediendo a Luz Casal. Apelando al pop con la caja de herramientas del rap, el dúo practica un sonido luminoso para todos los públicos. «La gente que hace pop no le llama pop a lo que hacemos nosotros, pero los que hacen rap tampoco. Es obvio que nos movemos entre los dos géneros», reflexiona Carlos. Con el confinamiento, lejos de amilanarse ante las escasas oportunidades de tocar en directo, encontraron una oportunidad. «Nosotros somos peña currante ante todo. Cuando vimos que se nos caía todo lo de tocar y que íbamos a tener mucho más tiempo, nos pusimos a crear». Lo primero fue aliarse al cantautor coruñés Álvaro San Miguel para hacer un tema de apoyo al personal sanitario: Odisea.

Después, llegó este disco cuyas sorpresas no se reducen al envoltorio. Gracias a una carambola terminaron junto a Manuel Quijano, músico leonés padre de los componentes de Café Quijano. «La madre de Chupi fue la niñera de los de Café Quijano, pero luego ella falleció y se perdió el nexo. Hace un año un policía local retirado de Carral estaba de paso en León y entró en el café La Lola, que lo regenta Manuel. Salió el tema de que eran de Carral y entonces él le preguntó por Rosa. Le explicaron que había fallecido. También que Chupi, su hijo, tenía un grupo y le pidió el contacto. Al final fuimos a visitarlo. Nos enseñó su música. Tiene miles de discos de músicas latinas, las que en música urbana se usan para los beats y los samplers. Pero teniéndolo a él, le propusimos hacer un tema juntos».

De ahí salió Papá Quijano, el primer single de un disco medicinal con efectos secundarios probados: sonrisas, meneos y sensación de bienestar.