Coco Chanel le puso cadena al bolso para poder beber

MARCO SORIANO DE TEJADA

YES

Es un clásico, todo un icono de la marca francesa. El bolso modelo 2.55 hace referencia a la fecha de creación por Coco Chanel en febrero de 1955, y marcó un antes y un después en la moda

24 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Una cosa tan sencilla como una cadena liberó a las mujeres de tener las manos ocupadas asiendo sus bolsos o soportando sus carteras. Coco Chanel se inspiró en las bandoleras militares para aplicárselas a su bolso, y así poder llevarlo colgado del hombro. Eso le permitió tener una mano libre mientras bebía champán, que según decía la diseñadora francesa, lo hacía solo en dos ocasiones, «cuando estaba enamorada y cuando no lo estaba».

VINO Y MODA

Quizás, el interés por el vino era el que le llevaba a visitar con frecuencia a su amiga Irène Bretz, propietaria del castillo-bodega Château de Crémat, en Niza. Por cierto, que una de las teorías del origen del logotipo internacionalmente conocido de la maison apunta a que la modista, fascinada por el castillo y en concreto por sus vidrieras, se inspiró en unas «c» entrelazadas que figuraban en ellas. Gabrielle Chanel opinaba que «el lujo debe ser cómodo» y con el icónico 2.55 consiguió su objetivo, ya que aparte de comodidad, con su creación colaboró a la liberación femenina. De hecho, se consideraba una innovación que una mujer pudiera llevar un bolso colgado, y a la diseñadora le gustaba llevar las manos en los bolsillos de los pantalones, otro símbolo de liberación.

El complemento originalmente era negro, de piel guateada, con apertura de solapa y tres compartimentos, uno de ellos con cremallera. Su diseño rectangular no pasa de moda y combina con todo, de ahí que se haya convertido en un objeto de deseo, ya que además de ser un básico del armario, es un capricho que en su momento marcó una revolución.

Aguanta perfectamente sus más de 60 años de vida y cada temporada se actualiza para estar presente en todas las colecciones. Eso sí, el precio no está al alcance de todos los mortales, como ocurre con la mayoría de prendas y objetos de la marca de lujo. La creación es como un bolso joya, pues su compra es considerada una inversión y existe un amplio mercado de segunda mano. Pero la casa francesa, además de dedicarse a la moda, es propietaria de varias bodegas en distintas regiones de Francia, como le hubiera gustado a su fundadora. Su última adquisición ha sido la de Domaine de L’Île, emplazada en una isla en La Provenza, que este verano ha sacado al mercado su primera añada y que gracias a la visionaria, podemos degustar en una copa sin tenernos que desprender del bolso en ningún momento.