Una esclava sexual que se fugó de un club de Vigo destapa una red de trata

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La policía busca al líder de los proxenetas que prostituían a sudamericanas en España

11 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Iba de club en club por toda España. Sus proxenetas la vendían al mejor postor o la rotaban entre sus propios locales para obligarle a devolver una cuantiosa deuda. Al llegar a Vigo, esta esclava sexual de origen sudamericano fue explotada en un club de alterne pero hace unos meses ella reunió valor, aprovechó un descuido de la vigilancia y se fugó de un piso en el que vivía y estaba retenida.

Una vez que escapó de la red y era libre, buscó en la ciudad el amparo de la Justicia y de alguien que la protegiera y la ayudase a rehacer su vida. Hace medio año contó su historia a las autoridades y los investigadores llegaron a la conclusión de que el modus operandi correspondía al de una red de trata de inmigrantes para su explotación sexual y que tenía un amplio campo de actuación en todo el territorio de España.

Los investigadores buscan con el máximo sigilo desde principios de año pruebas para identificar y detener a la cúpula de la banda que obligó a prostituirse a la víctima. La mujer que se fugó de la red de trata ha obtenido el estatus de testigo protegida y ha prestado declaración bajo unas condiciones legales que garantizan su seguridad.

Las autoridades se centran ahora en detener al líder de los proxenetas para que preste declaración en relación a su posible pertenencia a una organización que promueve la prostitución forzada y la introducción de inmigrantes ilegales para su explotación sexual.

En los últimos meses, la víctima ha empezado a recordar detalles de su cautiverio y a visitar los escenarios donde ella creía que había estado recluida. Fue una labor difícil porque solo podía reconocer los clubes por pequeños detalles o flashes mentales. A veces era imposible determinar si había trabajado allí, ya que ella vivía en condiciones de clandestinidad y aislamiento.

Acompañada de agentes judiciales, la testigo protegida recorrió las carreteras de Galicia y Castilla y León en busca de alguno de los locales en los que había sido obligada a prostituirse. Tras varios viajes indicó a los investigadores que había reconocido en una de las provincias de Castilla y León uno de los clubes de alterne donde estuvo retenida. Ella fue trasladada por varias ciudades de España pero le es muy difícil identificar los lugares.

La investigación es laboriosa y complicada porque la testigo protegida solo recuerda pequeños detalles de los lugares donde la obligaban a trabajar y donde permanecía la mayor parte del día retenida. Por eso, las pesquisas se han prolongado durante meses, desde el año pasado, y, por el momento, aún no se han producido detenciones. Los agentes han realizado diversas pesquisas con la esperanza de obtener pistas que conduzcan al desmantelamiento de esta trama de captación y explotación de mujeres que tiene ramificaciones en Sudamérica y España.

El asunto lo investiga un juzgado de Vigo y lleva con máximo sigilo sus pesquisas desde finales del año pasado. Todo apunta a que la mujer que se fugó es joven y fue captada en su país por una persona de confianza que hizo de gancho y que le ofreció una vida mejor en España con un trabajo bien pagado, generalmente como camarera o empleada del hogar. Generalmente, viajan con el visado de turista que les permite residir legalmente tres meses en España.

Como ocurre en la mayoría de estas redes, los gastos del viaje corrieron a cargo de la banda y luego le reclamó entre 6.000 o 10.000 euros por el billete, alojamiento y otros conceptos inflados. Tras entrar en Europa por un aeropuerto internacional, este tipo de redes de inmigración ilegal retienen el pasaporte a las víctimas y las presionan para que devuelva la deuda mediante el ejercicio de la prostitución en clubes. Si la víctima se niega, le dan palizas o la presionan con amenazas de hacer daño a sus familias en su país de origen o a sus hijos, si los tienen.

Piden que declare la monja que buscó empleo a ilegales

La defensa de un guatemalteco acusado de introducir inmigrantes ilegales en España para su explotación laboral ha solicitado al juzgado de instrucción número 6 de Vigo que llame a declarar como testigo a una monja que, al parecer, buscó empleo a las víctimas y las colocaba como empleadas del hogar o cuidadoras de ancianos. Todo apunta a que la religiosa actuó de buena fe para hacer un favor a las desempleadas, las cuales le agradecieron su ayuda. La red reclutaba en Guatemala a las víctimas en la misma región, algunos eran familiares entre sí, y les cobraba gastos de gestión. La defensa alega que son redes de ayuda comunitaria.

Rogó ayuda a un pasajero del bus en el que viajó a Vigo

Una joven subsahariana, prácticamente adolescente, fue rescatada por la policía de Vigo de un piso de O Calvario donde estaba retenida por una banda que la obligaba a trabajar en clubes. La joven, a la que le habían prometido ser modelo en Europa, se negaba a colaborar y la red la envió de Madrid a Vigo. Viajó en autocar y la víctima le contó toda su historia a un pasajero. Ambos se intercambiaron sus números de móvil. Poco después, la joven pidió ayuda por teléfono porque estaba retenida y le describió lo que ella veía desde su ventana. La Policía dedujo que vivía en el barrio de O Calvario y la liberaron. El juicio será dentro de dos semanas.

Ritos de hechicería para castigar la desobediencia

La Policía de Vigo desmanteló en el 2013 la cúpula de una red nigeriana que explotaba a inmigrantes ilegales. La banda reclutaba a las víctimas y las ayudaba a cruzar en patera el Mediterráneo con la complicidad de un socio en Marruecos. Las mujeres eran obligadas trabajar en clubes españoles, de Francia y el Benelux, donde tenían contactos. Algunas explotadas eran obligadas a trabajar durante el día en la recogida de tomates para saldar su deuda. Los niños de las víctimas vivían en un piso de Toledo en condiciones infrahumanas bajo la vigilancia de miembros de la red. El juicio se celebró en Vigo y hubo condenas para los jefes de la trama.