«Reclamo poder subir al autobús con la dignidad que tengo como persona»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Los compañeros de clase y profesores del instituto de Chapela se solidarizaron ayer con el problema de Carlos .
Los compañeros de clase y profesores del instituto de Chapela se solidarizaron ayer con el problema de Carlos .

Muchos buses pasan de largo cuando Carlos Álvarez, estudiante de FP en silla de ruedas, espera en la parada porque tienen averiadas las rampas de acceso

01 mar 2016 . Actualizado a las 13:53 h.

De nada sirve que los vehículos de transporte público tengan accesos adaptados para personas con problemas de movilidad si no funcionan. Carlos Álvarez Da Silva pierde mucho tiempo cada día esperando un autobús que no tenga una rampa estropeada para poder subir con su silla de ruedas. A veces ve pasar dos, tres y hasta cuatro buses antes de que le pare uno en el que pueda viajar.

Este vecino de Teis de 33 años con parálisis cerebral estudia un módulo de integración social en la rama de atención sociosanitaria en el IES de Chapela. «Reclamo ser un ciudadano como otro cualquiera, poder entrar y salir de un autobús con la dignidad que tengo como persona», se queja.

Sus compañeros le apoyan y ayer toda su clase se apostó durante una hora en la parada que hay frente al centro para expresarle que no está solo en su reivindicación. Hay una campaña de recogida de firmas en Change.org para demandar a la compañía que mejore la accesiblidad de su flota. En apenas cuatro días, la iniciativa ya ha recabado más de un millar de apoyos.

Carlos Álvarez suele entrar a clase a las cinco de la tarde pero debe salir de casa a las dos y media o tres para estar una hora u hora y media esperando en la parada. «No hay autobuses adaptados, es decir tienen rampa, pero al 80 o 90 por ciento no les funcionan y es como si no la tuvieran», afirma.

Para regresar a Vigo al terminar las clases, tiene que salir media hora o 45 minutos antes. «Si tengo suerte, me cogen a la primera de casualidad y si no a esperar». No puede beneficiarse de un autobús destinado al transporte de personas con discapacidad, porque para eso tendría que entrar y salir siempre a una hora fija. «No sé a qué hora entro ni cuándo salgo; unas veces lo hago a las cuatro y otras a las cinco, mientras que a veces me voy a las siete y otras a las diez», explica.

Sin alternativas

Ir en un taxi adaptado tampoco es una solución para él, dado que no está subvencionado y no se puede gastar seis euros al día en ir al instituto, además de que hay que pedir el servicio con 48 horas de antelación. También le han sugerido que busque otra combinación de autobuses, pero para poder llegar hasta Chapela solo puede coger la línea C-3.

Carlos lamenta encontrarse en esta situación a pesar de las ayudas públicas y está convencido de que, en cuestiones de movilidad «vivimos en el Tercer Mundo». «El Ayuntamiento de Vigo le ha pagado este año 13,6 millones de euros a Vitrasa por el bono de los pensionistas, me pregunto qué han hecho con ese dinero, no creo que una rampa mecánica cueste tanto dinero».

Carlos agradeció ayer al apoyo que está recibiendo de sus compañeros. «Son una fuerza increíble, mi apoyo, mi hombro de descarga, están pendientes de mí, me ayudan en lo necesario, me siento súper integrado gracias a ellos, incluido, protegido, son una fuerza a tener cuenta», expresaba ayer.

Su profesora, Xela Cabaleiro, manifestó que le parece muy injusto que, pese al interés con el que acude al instituto, no consiga llegar a tiempo y no pueda hacer muchas cosas. «En Formación Profesional es tan importante la asistencia a las aulas, que se está perdiendo una oportunidad», manifestaba ayer. Los responsables del centro celebrarán una reunión para decidir qué medidas van a tomar para defender los derechos de su alumno, ya que sus faltas se están extendiendo en el tiempo y hay que buscar una solución cuanto antes. «Es una situación muy injusta y un alumno muy querido, por lo que todos queremos formar parte de esto», explicaba ayer la tutora para justificar que más de medio centenar de alumnos se concentraron ante la parada del autobús de Chapela para demandar a la compañía Vitrasa unos accesos adaptados.