Los pescadores de Baiona claman por un surtidor de gasoil

VIGO CIUDAD

01 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los pescadores de Baiona y de Panxón reclaman que vuelva a colocarse un surtidor de combustible en el puerto pesquero. Dejaron de tenerlo la pasada primavera porque la empresa que tenía la concesión de su explotación consideró que no era rentable y lo desmanteló. Esta decisión dejó «colgados» a más de un centenar de patrones que ahora tienen que buscarse la vida para poder repostar.

La Cofradía de Pescadores ha arbitrado una solución transitoria que consiste en llamar a un camión cisterna para abastecer a los barcos de la zona. Los marineros tienen así que realizar una solicitud en las dependencias de la cofradía para poder juntar la demanda de litros suficiente para que a la empresa suministradora le compense el viaje. Así, un camión cisterna con una capacidad de 6.000 litros de gasoil suele acudir una vez por semana al puerto de Baiona para llenar los depósitos.

Esta solución tiene dos grandes desventajas. La primera es que el camión no atiende la necesidad de las embarcaciones justo el día que lo necesitan, lo que obliga a muchos patrones a desplazarse hasta el puerto pesquero de Vigo para poder repostar, lo que les supone la pérdida de al menos media jornada de trabajo. En segundo lugar, se trata de una solución que también hace perder mucho tiempo a los pescadores, puesto que deben hacer cola con sus barcos amarrados junto al muelle y la espera se puede prolongar durante más de dos horas.

Los pescadores demandan una solución urgente. El patrón mayor de Baiona recibió hace dos semanas a la Conselleira do Mar en una visita institucional a la Cofradía y le trasladó esta inquietud de todos los marineros. La respuesta no se hizo esperar. Días después recibió la llamada de representantes de Portos confirmándoles de que la obra se llevará a cabo, aunque todavía es pronto para hablar de plazos. Fernando Leyenda acogió con satisfacción este compromiso.

En Baiona ahora todos esperan que se haga realidad y que la ejecución del proyecto no se quede en una promesa para acabar con el problema.