El gobierno de Moaña intenta aplacar la rebelión por las obras para continuar el paseo marítimo

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera MOAÑA / LA VOZ

MOAÑA

Sheila Fernández se queja de que prolongación del paseo tiene un tramo que se estrecha.
Sheila Fernández se queja de que prolongación del paseo tiene un tramo que se estrecha. l.c.ll.< / span>

Convoca a todos los grupos políticos a una reunión con la jefa de Costas para discutir sobre el trazado y evitar una revuelta

10 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos los gobiernos municipales tienen conflictos con las obras polémicas. El de Moaña quiere evitar una revuelta después de las demostraciones de fuerza realizadas por la plataforma que está en contra del nuevo trazado del paseo marítimo. La entidad está dispuesta a paralizar los trabajos si no se atienden sus peticiones. Quieren que el paseo tenga la misma anchura por todos los tramos y que discurra pegado al mar en todo el trayecto.

El gobierno municipal consiguió el permiso de Costas para modificar el proyecto. En lugar de continuar a lo largo de seis metros de anchura el paseo se reduce a tres metros a su paso por dos fincas particulares. «De esta manera se pierde el carril bici y los viandantes y las bicicletas tendrán que compartir espacio, por lo que los ciclistas se tendrán que bajar para no atropellar a los paseantes», cuenta Sheila Fernández, portavoz de la plataforma que ha sido convocada a la reunión. En el colectivo figuran muchos vecinos, sobre todo de la zona de A Seara.

Durante la anterior legislatura los ciudadanos estamparon ocho mil firmas pidiendo la continuidad de las obras del paseo marítimo que acaba en el edificio Salitre.

El anterior alcalde, José Fervenza, hizo firmar a los vecinos afectados un documento por el cual estos cedían parte de sus fincas para reanudar las obras. Pero los documentos entregados en el ayuntamiento en noviembre del año 2013 dejan claro que la cesión de la franja de seis metros de terreno hasta el borde del mar «terá que executarse nesta lexislatura co compromiso do actual goberno, do contrario esta autorización queda anulada». Es decir que al cambiar el gobierno los vecinos se sintieron libres de sus compromisos y ahora solo ceden tres metros.