El tripartito de Gondomar se resquebraja

Monica Torres
mÓNICA TORRES GONDOMAR/ LA VOZ

GONDOMAR

Villar, Araúxo y Ferreira escenificaron su pacto públicamente en el mes de julio.
Villar, Araúxo y Ferreira escenificaron su pacto públicamente en el mes de julio. mónica< / span>

Los independientes de Concello Aberto deciden hoy en asamblea si abandonan el gobierno

30 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La asamblea de Cabe (Gondomar Concello Aberto) decidirá hoy si sus tres concejales abandonan el gobierno tripartito pactado tras las elecciones con el PSOE (cuatro ediles) y Manifesto Miñor (tres). Es el único punto de la reunión extraordinaria que tiene previsto celebrar a partir de las siete de la tarde.

Aunque se trata de la segunda vez en los últimos meses que la asamblea cuestiona su seguimiento en la coalición, la brecha parece cada vez mayor. Se escenificó en el último pleno, cuando el alcalde Francisco Ferreira tuvo que dejar sobre la mesa su propuesta de elección de juez de paz porque sus socios se abstuvieron.

El concejal de Cabe, Josué Villar, explicó que se ha convocado la asamblea extraordinaria «porque varias personas la solicitaron para poder expresar y poner en común sus quejas y su malestar». «En general se trata de nuevo de un incumplimiento del pacto de gobierno, de la falta de coordinación que se evidenció en el último pleno cuando el alcalde tomó la decisión unilateral de llevar a debate la votación del juez de paz y de la ausencia de diálogo», señaló ayer. El edil insistió en que «será la asamblea la que decida si abandonamos el gobierno o no».

El tripartito capitaneado por el PSOE pasa por horas bajas. En septiembre, dos meses después de sellar el pacto, hubo un primer encontronazo: Francisco Ferreira incluyó a su antecesor Carlos Silva en la lista de invitados de las nuevas instalaciones de la Policía Local y tanto Cabe como Manifesto Miñor se desmarcaron censurando la imagen institucional con el exalcalde, inhabilitado. Dos meses después, la asamblea de Cabe repasó todos los incumplimientos del acuerdo de gobierno que, a su parecer, se sucedían. La coalición se mantuvo pero las aguas nunca volvieron a su cauce.

Desde Manifesto Miñor se mantiene la prudencia, pero también son latentes los recelos sobre el equipo.

«Nós aínda nos estamos na fase de pensar en romper pero está claro que hai que repensar a forma de gobernar en Gondomar», manifestó el concejal de Manifesto Miñor, Antonio Araúxo. El malestar de su grupo evidencia la marejada también a través de las redes sociales y no se oculta. «O goberno así non pode continuar, a figura do alcalde ten que ser de centralidade non de central, nin dun elemento de disputa», señala Araúxo.

Resalta que el edil independiente y exregidor del municipio que «o goberno é un lugar ao que vas a traballar e consensuar e máis nun tan plural como é o noso, no que a figura do alcalde ten que ser a de buscar consensos e facer que a maquinaria funcione».

El alcalde, Francisco Ferreira, se mostró tranquilo. «Respeto las decisiones políticas de todas las formaciones, pero espero trabajando porque a mí lo único que me preocupa verdaderamente es el día a día del Concello», manifestó a última hora de ayer.

Ferreira sostiene que las discrepancias que le han trasladado sus socios de Cabe «son las habituales y normales en cualquier grupo de trabajo». «Desconozco como alcalde si la asamblea de Cabe va reunirse o si pretenden abandonar o no el grupo de gobierno», señaló.

Prioridades

El regidor socialista asegura ignorar diferencias de peso que puedan desatar el grave problema que se desprende la asamblea urgente de Cabe. «No voy a entrar a valorar las crisis de otras agrupaciones, no sé si hay crisis o si tienen un problema o si esto es insalvable a su juicio, lo que sí me preocupa es la situación de Gondomar», insiste. Ferreira afirma que está centrado en «sacar adelante el Plan Xeral de Ordenación Municipal, el desarrollo del polígono industrial de A Pasaxe, los presupuestos o en no perder los 1,5 millones de subvenciones que tenemos que justificar».

La situación parece compleja ya que, si la elección del juez de paz desató la guerra hace tan solo una semana, la negociación de un proyecto general de gastos e ingresos se antoja peliaguda. Las diferentes posturas son un secreto a voces porque los tres grupos mantienen además una gran actividad en las redes sociales en las que se explayan asiduamente.