Muere un sin techo en el edificio a medio construir de Karpin

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

BAIONA

alba pérez

El grupo Os Ninguéns le brindará un homenaje póstumo la semana que viene como cada vez que fallece un indigente

05 ago 2016 . Actualizado a las 08:02 h.

Se llamaba Manuel González Domínguez. No tenía hogar ni familia que lo acogiese. Murió esta semana solo, en un rincón de un edificio abandonado en la calle Santa Marta. Falleció en el mismo lecho en el que durmió durante los dos últimos años, en un rincón rodeado de mantas y cortinas con las que preservaba su identidad. Lo apodaban Abuelo debido a su avanzada edad y se había ganado el cariño y el respeto de otra media docena de indigentes con los que compartía la misma planta del edificio sin acabar. Allí, en medio de grandes cantidades de basura, pasó las últimas horas de su vida. Manuel se había acostado por la mañana. A pesar del calor, se tapó con una manta hasta el cuello. «No quiero saber nada de toda esta mierda», comentó por la mañana al ser preguntado por su forma de vida. Su voz era ronca. Fumó hasta el último día, como atestigua el cenicero lleno de colillas en su mesilla de noche, donde aguardaba una naranja, que ya nunca se comió.

Manuel González pudo morir por la tarde. Otros indigentes se dieron cuenta de su fallecimiento porque cuando fueron a llamar al Abuelo pero no contestó. Al ver que no respiraba, llamaron a la policía. Fue trasladado al Hospital Nicolás Peña, donde se le practicó la autopsia. Falleció de muerte natural, según indicaron fuentes policiales. «Era un pintor de primera clase», recuerda uno de los indigentes que lo trató durante los últimos años de su vida y que asegura que procedía de Baiona. Prueba de su afición al arte es un autorretrato esbozado a lápiz que forma parte de sus últimas pertenencias. Al parecer, durante los últimos años de su vida trabajó como aparcacoches para poder procurarse alguna limosna. Rehuía de los albergues. No le parecía bien que el tiempo de permanencia en los mismos fuese tan limitado.

El colectivo Os Ninguéns le brindará un homenaje el miércoles de la semana que viene. Será un acto sencillo que se celebrará a las doce del mediodía en el olivo del Paseo del Alfonso X11. El grupo que encabeza Antón Bouza nunca ha dejado de hacer homenajes a personas en situación marginal que han dejado de existir y también hará lo mismo con este hombre, a pesar de no tener muchos datos sobre su vida, que pasó en solitario durante la última etapa.

Manuel González vivía en uno de los edificios que son propiedad de la promotora de Valery Karpin. Al igual que el resto de los okupas que habitan en esta zona, lo hacen en medio de grandes cantidades de desperdicios que han ido acumulando a lo largo de los últimos años.

El olor a orines y excrementos predomina en unas viviendas abandonadas que numerosas personas que viven en la indigencia utilizan para drogase o emborracharse. El colectivo Os Ninguéns reclama al Ayuntamiento que obligue a los propietarios a cumplir las normas de salubridad y de seguridad para acabar con un problema sanitario en pleno centro.