Cientos de alegaciones al tasazo de la basura en O Morrazo para contestarlas en apenas un mes
VIGO
Los talleres reclaman que ellos ya gestionan sus residuos y los hosteleros se quejan de los furanchos, sin epígrafe propio
04 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«No hay miles de alegaciones a las tasas de basura, puede que haya cientos», asegura la gerencia de la Mancomunidad de Municipios de O Morrazo en el día que ha finalizado el plazo para presentar reclamaciones a las nuevas tarifas que han generado protestas, especialmente en Cangas, donde tuvo lugar una manifestación alrededor del Concello con más de un millar de personas. Las sugerencias las han presentado numerosos colectivos y personas individuales, desde Cangas Vella a Fecimo pasando por entidades de Aldan, O Hío y el centro de Cangas y también de Moaña y Bueu.
La Mancomunidad se ha propuesto contestarlas antes de fin de año para que pueda entrar en vigor la ordenanza el año próximo. El organismo ya está trabajando en la redacción del pliego de condiciones para sacar a concurso el servicio de recogida y tratamientos de basuras durante los próximos diez años. Por ahora, solo hay una anuncio previo y no se ha abierto todavía el plazo para que las empresas puedan presentar sus propuestas. La convocatoria esta abierta a compañías de recogida de basuras y el contrato tendrá un valor de 46.703.803 euros y saldrá a licitación con un presupuesto base de 40.612.054 euros.
El gerente de la Federación de Comerciantes de O Morrazo, Pedro Cerqueira, confía en que «muchas de las peticiones sean atendidas en la redacción de la nueva ordenanza». Señala que un pequeño comercio minorista no alimentario (como una boutique de ropa, una librería o una zapatería) queda sujeto a una cuota fija de 200 euros anuales «Este importe es un 58 % superior a la cuota de una vivienda residencial (126 euros), a pesar de que el volumen y tipo de residuos generados por estos negocios es, en muchos casos, igual o incluso inferior al de un hogar medio».
La cuota fija propuesta (200 euros) resulta «desproporcionada para comercios con una generación de residuos similar o inferior a la doméstica». Por ello los comerciantes proponen contemplar «una cuota reducida o la exención de la parte variable para aquellos negocios que acrediten fehacientemente una generación de residuos por debajo de un umbral objetivo anual, fomentando así la prevención y la correcta gestión en el origen».
Los talleres también se han quejado. El proyecto de ordenanza asigna a fábricas y negocios de este tipo una cuota fija de 400 euros, complementada con cuotas variables muy elevadas en función de la superficie, que pueden alcanzar los 919, 1.838 o 3.217 como máximo. «Sin embargo, esta tarificación ignora que una parte sustancial de los residuos generados por estas actividades (residuos peligrosos, chatarra, aceites, neumáticos) no son de naturaleza municipal. En cumplimiento de la normativa ambiental específica, estos residuos son obligatoriamente gestionados por operadores personales autorizados, asumiendo las empresas su costo de forma independiente».
Los hosteleros también han reclamado. Un pequeño bar o cafetería sin servicio de comidas y con superficie inferior a 100 metros afrontaría una cuota total de 452 euros anuales (200 de cuota fija y 252 de cuota variable). Esta cifra supone el triple de la cuota doméstica, «diferencia que difícilmente se justifica por el volumen de residuos generados, que se limita principalmente a envases de bebidas, posos de café y otros restos asimilables a los domésticos».
Los hosteleros se quejan de los furanchos, que no cuentan con epígrafe propio. Esto podría llevar la que tributen únicamente por la cuota de vivienda (126 euros), «mientras que un restaurante tradicional de tamaño semejante afronta cuotas que superan los 1.200 euros anuales. Esta situación constituye una clara desventaja competitiva para la hostelería reglada», señalan en sus alegaciones.