Fernando Domínguez Freire: «El tudense Francisco Sánchez fue precursor de la duda cartesiana»
VIGO
El Colegio de Médicos reúne en Vigo a varios especialistas para hablar de la relación entre medicina y literatura en el Siglo de Oro
02 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La sede del Colegio de Médicos (Ecuador, 84) acoge, a las 19.00 horas, tres conferencias centradas en la relación entre la medicina y la literatura en el Siglo de Oro. Hablarán el catedrático de Literatura José Montero sobre Cervantes y la medicina; el catedrático de Literatura Javier Francisco San José, de La medicina y los poetas áureos; y el urólogo Fernando Domínguez Freira para explicar el título Del insensato que zurce frenillos a los maestros.
—¿Qué hay detrás de ese título?
—Haré una pequeña contextualización de la medicina en la época más relevante de la historia de España, el Siglo de Oro. Hablaré de cómo el humanismo renacentista fue clave en la medicina.
—¿Cómo era aquella medicina?
—Hasta el renacimiento la transmisión del conocimiento de la medicina fue bastante inmovilista por la censura de la religión. Bajo la influencia del humanismo renacentista se produjo la revisión del conocimiento clásico, que fundamentalmente vino espoleada por las disecciones anatómicas, sobre todo, con la obra de Vesalio.
—¿Era igual un médico que un cirujano o un barbero?
—No, el médico era un estamento superior y el cirujano, por su concepción de arte práctico, tenía una consideración peyorativa. El médico era el único que accedía a la universidad, lo cual le distinguía y le separaba también del pueblo porque se comunicaba en la docencia en latín. La literatura del Siglo del Oro está plagada de ejemplos en los que se satiriza la ineficacia de la medicina. Los cirujanos se aprovechan del conocimiento que entonces empezó a tenerse de la anatomía.
—¿El pueblo tenía acceso a la medicina?
—La gran mayoría del pueblo no se podía permitir el salario del médico o de un cirujano de formación universitaria. Eran los cirujanos romancistas, que se comunicaban en español, los que actuaban en ese ámbito. Dentro de ellos estaban los cirujanos barberos o los sangradores, que tenían que actuar bajo licencia de un protomedicato que regulaba este campo. A estos es a quien tenía acceso el pueblo llano porque cobraban menos dinero e iban por las ferias.
—¿De ahí el título de la conferencia?
—Sí, es un guiño, pero también una forma de explicar el cambio que se produce con la transmisión del conocimiento que se produce cuando las imprentas permiten publicar libros en lengua vernácula. Se produce un paso desde lo más básico, la atención a pie de calle, a los grandes maestros o a las personas ya dedicadas a la docencia y a la transmisión del conocimiento de forma académica.
—¿Hará referencias a Galicia?
—Sí, hablaré del tudense Francisco Sánchez, un médico y, a la vez, precursor de lo que hoy en día podría ser la psicología, en donde se mezclan conceptos de la mente y la forma de razonar. Este hombre, que tuvo que marcharse con su familia a Francia porque eran judíos, es un precursor de la duda cartesiana. Digamos que desarrolló lo que fueron las bases del pensamiento crítico de la medicina basada en la evidencia actual.