Emoción por comprar las entradas para Jason Derulo en Vigo: «Llevamos esperando desde las 4 de la tarde de ayer»

Aroa Pombo VIGO/ LA VOZ

VIGO

Aroa Pombo

Admiradores del artista estadounidense acampan en el parque de Castrelos de Vigo para asegurar su entrada

23 jul 2025 . Actualizado a las 11:50 h.

Minutos antes de que las taquillas del parque de Castrelos abrieran sus ventanillas para la compra de entradas de Jason Derulo, este miércoles a las 9.00 horas, la cola de gente ya se preparaba para adquirir su pase. Tiendas de campaña, sombrillas y sillas de playa comenzaron a avanzar lentamente. El concierto del cantante y compositor estadounidense será el 3 de agosto en el auditorio al aire libre de Castrelos en Vigo.

Las primeras en conseguir sus entradas son Diley y Ana, de 23 años. «Llevamos aquí desde las cuatro de la tarde de ayer», expresan. Les siguen Gabriel y Nicolás, de 21, que también pasaron la noche en el parque, pero pudieron evitar la tarde: «Nosotros hicimos el relevo a las 21.30». Aseguran que la mayor parte de la gente ha ido llegando de madrugada y que el día del concierto vendrán antes, «pero no con tanta antelación». En la platea de Castrelos pueden entrar 5.000 personas, que pagan 15 euros por su entrada; en la grada, es gratuito.

La confianza en la actuación es alta entre aquellos que forman la cola: «En principio es el artista más grande de los que vienen a Castrelos, así que hay expectativas», manifiesta Gabriel sentado en su silla de playa. Aixa, de 16 años, que espera acompañada de su padre, menciona con ilusión una canción que no puede faltar: Love not war. Será el regalo que el cantante le haga el día de su cumpleaños: «Quería coger las entradas presenciales para asegurarlas y venir a celebrarlo con mis amigas», señala con una tímida sonrisa.  

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La dinámica para la venta de entradas es la misma que la utilizada en los conciertos de Rozalén o Trueno. Se pueden adquirir 4.000 localidades en las propias taquillas del parque de Castrelos y las otras 1.000 estarán disponibles de forma online, distribuidas en dos turnos: uno de mañana  y otro de tarde. Se agotan en cuestión de minutos, así que solamente los que van a hacer cola se garantizan el pase. 

Pasadas las 9.00 horas, el piar de pequeños pájaros se entremezcla ya con conversaciones algo más animadas, fruto de la energía del momento. Aún quedan mantas, ropa de abrigo y alguna que otra tienda de campaña montada como vestigio de la noche, mientras que la mayoría espera con ansias una entrada para ver al artista por primera vez. «Llevamos varios días viendo muchos vídeos de él y de sus conciertos», afirman entusiasmados aquellos que aún permanecen en la cola. La emoción y el ansia se palpa en un ambiente que augura un gran concierto.