
Las tiendas de Kampaoh, que presumen de ofrecer las comodidades de un hotel, triunfan en las playas de Moaña, Baiona y A Guarda
01 sep 2023 . Actualizado a las 15:36 h.El «cámping fácil y bonito, en plena naturaleza» triunfa en el área de Vigo. Kampaoh es una startup sevillana que en el 2016 comenzó a montar sus tiendas en Andalucía y que cerró el 2022 facturando 8 millones de euros. Ha asumido la gestión temporal de dos de los cámpings de O Morrazo y también ha clavado sus piquetas en los de Baiona y A Guarda. La compañía ofrece tiendas de campaña totalmente equipadas «para los que no quieren líos». Cuando llega el cliente, se encuentra con todo lo necesario para pasar unos días lejos del mundanal ruido, sin necesidad de cargar con nada más que su equipaje. No les hace falta. Allí le ponen desde los colchones a las toallas, la nevera de playa , la electricidad o los cubiertos, además del servicio de habitaciones. Presumen de ofrecer las comodidades de un hotel y la experiencia de un cámping.
En la ría de Vigo, los clientes se topan con una inmersión directa en el mar, ya que Kampaoh ha elegido estratégicamente sus ubicaciones, en cámpings con acceso directo a la playa y la fórmula es un filón. El cámping de Tirán es ahora Kampaoh Ría de Vigo, pero sigue al frente José Ramón Iglesias, nieto de José Rodal, un camionero que tras mucho viajar supo ver el potencial del campismo hace ya más de cuatro décadas, e hijo de Mabel Rodal, que ostentó la gerencia hasta hace ocho años. «Hemos pasado de tener 3.000 campistas el año pasado a 10.000 este con las tiendas Kampaoh y la mayoría de nuestros clientes son personas que nunca antes habían ido de cámping», confirma Ramón Iglesias. Su valoración es reveladora ya que lleva toda la vida ligado a esta empresa familiar y corrobora una de las apuestas de Kampaoh, que era la de atraer a todos los públicos. No se identifican con el glamping sino con el cámping de toda la vida, con un extra de comodidad. Así se han convertido en líderes nacionales en alojamientos turísticos en la naturaleza.

Ramón Iglesias recuerda que cuando era niño («porque mis primeros pasos ya los di en el cámping») iban familias enteras y pasaban aquí toda la temporada. La pandemia «casi nos mata, como a muchos», reconoce, pero han conseguido con Kampaoh la simbiosis perfecta para multiplicar el efecto llamada de los destinos de naturaleza que se desató tras la crisis sanitaria. «Antes, solo había un lleno total en días puntuales y después primaban las furgonetas y las autocaravanas, pero este año estamos completos desde el 20 de julio y con muy buena ocupación arrancamos septiembre», explica Iglesias.
También hay veteranos del campismo en sus instalaciones, como Fernando Rocha, que forma parte de un grupo de familias lusas que, desde hace veinte años, comparten una semana de vacaciones en tiendas. «Esto es un paraíso, una experiencia más que recomendable», sostiene. Lo único que echan en falta, dice Sandra Varzim, es más oferta de restauración en las inmediaciones, ya que en el Kampaoh Ría de Vigo, que también cuenta con Beach Club, se puede desayunar y cenar, pero no cuenta con servicio de comidas.
Pedro Gómez, gerente del Bayona Playa, referente para todo el sector, confirma la tendencia pospandemia. Los cámpings arrasan en verano como alternativa a los hoteles y su modernización ha sido estratégica. «Hemos apostado por la reducción de aforo para incrementar la calidad y los servicios. Son menos los bungalós, pero los nuevos tienen más espacio y comodidades. En esa línea, Kampaoh ha instalado cinco de sus tiendas», indica. Gómez también nota la llegada de campistas noveles y, de nuevo, agotan la temporada al cien por cien.