Mario Dorado: «Lo que se vive aquí es inigualable»

LA VOZ VIGO

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ROBERTO PASTORIZA

El extremo izquierdo, que lideró con 9 goles al Cangas ante el Anaitasuna, destaca el ambiente de balonmano, el carácter «guerrillero» del equipo y no duda de la salvación

11 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Mario Dorado (Montequinto, Sevilla, 1998) igualó ante el Anaitasuna su mejor marca goleadora de la temporada: nueve goles. El extremo izquierdo se convirtió en pieza fundamental para que el Balonmán Cangas sumase un triunfo imprescindible ante los navarros y diera un paso de cara a seguir en la Liga Asobal una temporada más.

«Puede ser que haya sido uno de mis mejores partidos, pero todo es gracias al equipo, que me ayudó muchísimo en situaciones claves, con pases con mucho ángulo, contraataques... El mérito ha sido más colectivo que mío. Yo solo tuve empujar la pelota», comenta el andaluz apelando al espíritu de equipo del balonmano.

Dorado nació en una provincia de poca tradición balonmanística como Sevilla, pero en su colegio de Montequinto, una localidad de Dos Hermanas, los Escolapios tenían muy arraigado el deporte. «Ellos tienen muy metido el balonmano y me apunté gracias a mis amigos, que me dijeron de ir», recuerda. El hoy jugador del Cangas comenzó como portero, siendo incluso seleccionado en esa posición a nivel local. Bajo los palos continuó hasta infantiles, luego combinó las posiciones de lateral y central y en juveniles, cuando le reclamó la selección española, comenzó de extremo. «Decidí no moverme e intentar mejorar», apunta.

Y a sus 25 años, parece haber conseguido el objetivo, porque después de pasar por el Puerto Sagunto y el Antequera, se asentó en la élite de la mano del Benidorm y el Logroño, desde donde llegó a Cangas. En gran medida, porque quería vivir en primera persona el ambiente singular de O Gatañal. «Me llamó Nacho (Moyano) y yo quería vivir lo que es el balonmano en Cangas. Es un pueblo pequeñito, pero muy implicado con el balonmano, y es una cosa que me llamó. Lo que se vive aquí no inigualable, al menos en España. Estoy superencantado», subraya. En su adaptación ayudó que se encontró en la plantilla muchos jugadores jóvenes: «Aquí todo ha sido muy sencillo», dice.

En el Cangas, su rol ha cambiado. «Allí (en Logroño) había jugadores con mucha calidad, pero aquí todos tenemos que aportar un poco más para salir adelante», apunta. En su caso, el entrenador le pide efectividad desde su posición de extremo izquierdo, robar balones y ayudar en defensa. Por el momento, el sevillano firma 92 goles en 24 partidos, su mejor registro en la élite del balonmano, con una media de 3,8 por encuentro. Ya superó su tope en el Logroño de 81 goles en la campaña 20/21.

En cuanto al cambio de meta comparada con Logroño, relativiza: «Nosotros tenemos claro que nuestro objetivo es permanecer en Asobal y allí se pensaba en competición europea». Y Dorado no tiene ninguna duda de que triunfarán en su reto: «Somos un equipo guerrillero, no vamos a bajas los brazos nunca. No tengo ninguna duda de que el Cangas se queda, es cosa nuestra, no dependemos de nadie».

Por el momento, ocupan la plaza de play-out, pero con los 17 puntos que Sinfin y Valladolid, y el próximo sábado afrontarán el derbi con el Cisne, colista de la Asobal, con la Marea Azul en las gradas del municipal pontevedrés. «Los aficionados me dijeron que no va a faltar nadie y nosotros nos vamos a agarrar a eso», comenta Dorado, consciente también de que el triunfo sobre el Anaitasuna no es un paso adelante definitivo. «Sabemos que tenemos que seguir picando piedra», dice mientras se declara feliz de haberse embarcado en el proyecto de O Morrazo.