Los atascos por las luces de Vigo retrasan 10 minutos la llegada de ambulancias

J. R. VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Las policías siguen desbordadas para atender servicios por la saturación del tráfico

05 ene 2023 . Actualizado a las 23:43 h.

La respuesta a si Vigo está preparado para soportar el colapso de coches y peatones generado por las luces de Navidad, y todo lo que implica, va por barrios y depende de intereses. Ayer se conoció que el espectáculo lumínico, de decoración y atracciones se prolongarán hasta el día 15, en parte por la petición masiva de comerciantes y hoteleros. La demanda es legítima: el colectivo está haciendo su agosto entre diciembre y enero. Ya el deseo de los residentes en el centro pasa por el apagón de las luces, el cese de la música sonando buena parte del día y hasta la madrugada para descansar sin semejante derroche lumínico y acústico metido en sus pisos durante los 58 días que estarán en funcionamiento los 11 millones de luces led instaladas en la ciudad.

Pero la saturación que vive Vigo desde hace semanas implica una lectura que va mucho más allá del interés particular y legítimo de comerciantes, hoteleros y hosteleros, y abarca cuestiones como la seguridad pública, el tráfico y la prestación con garantías de servicios públicos. Recorrer Vigo en coche en estos días, sobre todo al encenderse la luces, implica fácilmente encontrarse con una ambulancia o coche de policía con las sirenas sonando para abrirse paso y atender alguna demanda ciudadana o emergencia. No hay profesional de estos servicios públicos que no reconozca que cruzan los dedos para que no sé dé una emergencia en la zona cero de la decoración para atenderla en tiempo y forma.

José Iglesias, portavoz de la Asociación Galega de Técnicos en Emergencias Sanitarias (Asgate) lo tiene claro en lo referido a su gremio: «No estamos en contra de las luces, ni mucho menos, pero es evidente que existe falta de planificación en lo referido al tráfico y sobra improvisación. Vigo no está preparado para algo así y en el caso de las ambulancias los tiempos de respuesta se alargan a 18 minutos, cuando lo normal es llegar en 8. Esto es un problema si llevas a una persona que sufre un ictus o un infarto. Está probado que cada minuto que se llega tarde a una asistencia supone entre un 7 y 10 % menos de índice de supervivencia, y ahora estamos retrasando las llegadas, por el tráfico, unos 10 minutos».

La contundencia del discurso de Iglesias va a más: «El problema no es solo para los traslados urgentes. Imaginemos que una paciente tiene cita para diálisis a las 11.00 horas de un día x de estas fiestas, pero llega tarde por el colapso de tráfico. Pues ha perdido esa cita y no podrá recuperarla, y eso desajusta la organización de hospitales y de las propias ambulancias, que no pueden planificar sus servicios diarios al no prever qué tiempo invertirá en cada viaje». 

Seguridad pública

En las plantillas de la Policía Local y Policía Nacional afirman abiertamente que Vigo tampoco está preparado para semejante abarrote durante dos meses. Ellos, mejor que nadie, lo saben por ser los encargados de regular el tráfico y garantizar la seguridad. La Voz publicó el día 2 que el colapso en el tráfico de Vigo retarda la respuesta de policías; ayer, en ambas plantillas, afirmaban que la situación sigue siendo caótica, más allá de lo que ocurra hoy con motivo de la cabalgata de Reyes. El delegado de la UGT en la Policía Local explica que «las medidas tomadas para mejorar la situación no sirven de nada, tampoco pedir a la gente que aparque en Samil y venga en bus. La gente viene de compras y se mete con el coche hasta el centro, con el problema añadido de que muchos son de fuera y no conocen la ciudad; por lo que poco importa que les expliqué la mejor opción para llegar a su destino. Además, en Samil, aunque la gente usara esos estacionamientos, tampoco dispondría de tantos: son muchos los ocupados por la pista de karts, hielos, maquinaria agrícola o remolques de camiones».

En la Policía Nacional no están mejor: falta gente por vacaciones que implica hacer refuerzos para atender la saturación de llamadas que reciben a diario por diferentes incidencias. «No es posible atender una emergencia. Recemos porque no pase nada grave; de hacerlo, no podemos garantizar la respuesta», denuncia Roberto González, responsable del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia.

Los gestores de los aparcamientos de la ciudad, a buen seguro, también se frotan las manos con la llegada de las luces de Navidad; el problema es que faltan plazas para semejante avalancha de coches foráneos. De ahí la estampa de ver turismos aparcados en plazas reservadas para la Policía Nacional en la calle Luis Taboada, en los accesos al túnel de Beiramar o de manera recurrente en las zonas de carga y Descarga. Esto que genera llamadas de protesta de los transportistas que no pueden hacer su trabajo. Ya los coches de matrícula portuguesa son un problema añadido, o se inmoviliza el turismo y se traslada al depósito, o no hay forma de llegar a cobrar el importe de la multa.