Adiós en la comarca de O Morrazo a las cabinas telefónicas que ya nadie utiliza

La Voz CANGAS, BUEU / LA VOZ

VIGO

Google Maps

Los ayuntamientos reciben la confirmación de la progresiva retirada de estas instalaciones, que ya nadie utiliza y ofrecen una mala imagen

08 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las pocas y destartaladas cabinas telefónicas que quedan todavía en los municipios de Marín y Bueu tienen las horas contadas, al atender positivamente Telefónica a la petición de los gobiernos locales para su retirada de la vía pública. Recientemente se recibió en los dos Concellos el aviso por parte de la compañía de telecomunicaciones informando de que este otoño se procederá a llevarse las cabinas de la vía pública.

Las cabinas de teléfonos cumplieron una importante misión durante la segunda parte del siglo XX, pero la generalización de los teléfonos móviles y las nuevas tecnologías las fueron arrinconando hasta prácticamente perder su uso. En este sentido, las pocas que quedan todavía en las calles se han convertido, en su mayor parte, en objeto de ataques vandálicos que las han inutilizado. Por ejemplo, en la situada en la calle Augusto Miranda, en Marín, los destrozos son bien visibles y afea el entorno. En la ubicada en la calle Pazos Fontenla, en Bueu, le han robado varias piezas y está precintada.

En otros municipios, la retirada de las cabinas telefónicas ya tuvo lugar hace tiempo. Por ejemplo, el año pasado se quitó la que estaba ubicada en la Praza do Pazo, en el centro de Sanxenxo, de la que solo quedaba en pie la estructura principal.

Otras 15 en Cangas y Moaña

Por su parte, Telefónica tenía previsto retirar en las próximas semanas nueve cabinas telefónicas en Cangas y seis en Moaña. Son quince, en total. La compañía se comprometió a reponer el terreno dañado sobre el que se asientan las cabinas.

La mayoría de estos locutorios públicos de Telefónica persisten en el centro de ambas villas y sus respectivos ayuntamientos no han querido salvar ninguna. Eso se debe a que la mayoría están estropeadas o con los cristales rotos o el teléfono averiado, no funcionan o se tragan las monedas, y nadie las usa. Ante la evidente falta de mantenimiento, se han convertido en un mobiliario urbano que afea la vía pública y que ya no presta un servicio público eficiente.

En Vigo, todavía persisten cabinas telefónicas en el centro de la ciudad o en barrios como el Casco Vello y O Berbés. A ellas se suman las instaladas en los años 90 y principios de los 2000 por las nuevas operadoras privadas como R, Vodafone u Orange que surgieron con la liberalización del mercado.

En dos décadas, el teléfono móvil acabó con las cabinas, de las que había miles repartidas por los bares y restaurantes, o en las calles y plazas más transitadas. Ni siquiera el uso de tarjetas prepago salvó al locutorio de ser un servicio obsoleto y las actuales generaciones de jóvenes que son nativos digitales desconocen para qué sirven. La cabina fue inmortalizada en un corto de terror protagonizado por el cómico José Luis López Vázquez en 1972 y dirigida por Antonio Mercero.