Todo apunta a que el Dinoseto no se extingue a causa del impacto de un meteorito sino de la falta de mantenimiento del ornamento vegetal, propiedad del Concello de Vigo.
El Dinoseto saltó a la fama debido a un error que circuló por las redes y que lo convirtió en leyenda. Los vecinos de la calle Rosalía de Castro descubrieron asombrados que un misterioso camión daba vueltas a una rotonda del barrio con un dinosaurio asomando por el volquete. La imagen se hizo viral y más tarde se supo que la ubicación real del Dinoseto iba a ser la Porta do Sol. Al ocupar el kilómetro cero de Vigo, el ornamento vegetal se convirtió en un símbolo de la ciudad y un imán para los turistas y los cazadores de selfies. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, mandó instalar un estrado de madera para posar y lo dotó de un compañero, el Dinosetiño.