«Volví porque se lo debía a Guillermo Sande»

M. V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

JAVIER MARTÍNEZ DE LA PUENTE

La muerte de su seleccionador hizo que Marina González, reciente campeona estatal M40 de ciclocrós, retomara el ciclismo que abandonó tras un grave accidente en el 2009

14 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Marina González (Verín, 1980) comenzó compitiendo en mountain bike a los 14 años, pero un accidente grave en el 2009 la apartó de la bici. Inicialmente, por un proceso de recuperación que se prolongó durante un año y medio; luego, porque quiso romper con aquello. Pasado el tiempo, el año pasado decidió retomarlo y el pasado fin de semana se proclamaba campeona de España de ciclocrós máster 40. La dedicatoria lleva el nombre de Guillermo Sande, seleccionador gallego fallecido en enero del 2020 y que durante años trató de convencerla para volver.

Marina explica que el accidente sufrido la «bloqueó mucho». Le recomendaron correr para recuperar la sensibilidad que había perdido en una pierna y, a raíz de ahí, comenzó a practicar duatlón. Pero nada de bici solo, pese a que mucha gente de su entorno la animaba a dar ese paso. Pero los intentos por convencerla no daban fruto, hasta que se produjo un punto de inflexión a raíz de la pérdida de Sande. «Había sido mi seleccionador casi toda la vida. Y era de los que me decían que tenía que volver, que esto era lo mío. Con su muerte, me cambió el chip, sentí que le debía algo y que tenía que demostrar que sí soy una ciclista de verdad», rememora.

A su vuelta a la competición, con el Illas Cíes, sus expectativas eran muy prudentes. «Para nada» podía esperar los resultados que ha cosechado. «Todo el mundo me decía que saldría bien, pero iba con dudas. Eran muchos años sin competir», enfatiza. Se le llegó a pasar por la cabeza que dónde se estaba metiendo, pero los resultados fueron inmejorables: once victorias esta temporada, ganadora de la Copa de España y, ahora, también del Estatal. «Me daban como favorita, pero es una carrera de un día y nunca sabes. Al final, el trabajo y el entreno estaban hechos y salieron», celebra.

LUZ IGLESIAS

Pese al paso de los años, en este regreso se ha sentido en cierta medida «como en casa», como si no hubiera transcurrido ese tiempo. «Mucha gente ha seguido desde entonces y ha sido reencontrarme con ellos», cuenta. Por supuesto, está más que satisfecha de haber dado el paso. «Estoy muy contenta y ya pensando en mejorar la temporada que vienen. Me tomaré unos días de descanso y a empezar otra vez», dice. Primero con el duatlón, que no ha dejado de lado, y cuando vuelva a llegar la temporada de ciclocrós, centrada en la bici.

Mientras, continúa con su trabajo en Zara, donde lleva quince años y donde agradece las facilidades que le dan para poder compaginar el empleo con su faceta deportiva. «Trabajo a turnos. Cuando estoy por la mañana, entreno por la tarde y al revés. Estoy súper agradecida a mis encargadas, que me ayudan a llevarlo mucho mejor», señala en referencia a los cambios de turnos o a las ocasiones en que le facilitan no trabajar viernes o sábados para poder viajar. Además, gracias a su empleo, no tiene problemas para costearse competir: «Tengo pocas ayudas, pero no me quejo. Prefiero que las haya para la base», indica.

El accidente, olvidado

Del accidente del 2009, a Marina le han quedado «cicatrices de guerra», pero prefiere pasar página y no detenerse en algo que quiere borrar de su mente. «Lo pasado, pasado está. Lo he borrado de mi cabeza. Es un recuerdo para olvidar y para aprender de él, porque estas cosas te sirven para mejorar en tu vida», finaliza.