Agustín Alejos: «Si te dicen que cuentan contigo y al final no es así, te va minando»

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El vigués vivió un sinsabor en Tokio, pero está ilusionado con otro curso en el Amfiv

22 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La temporada 2020/2021 fue la más dura de la carrera del jugador de baloncesto en silla de ruedas y capitán del Amfiv Agustín Alejos (Vigo, 1987). Circunstancias personales y deportivas, con la pandemia como telón de fondo, confluyeron para que el último año fuera de todo menos fácil. El colofón fueron unos Juegos Paralímpicos de Tokio donde fue cuarto con la selección y que, aunque tampoco le dejaron satisfecho, va valorando más a medida que pasan los días.

-Ha sido un año intenso y complejo para usted. ¿Cuál es su balance de lo vivido?

-Se juntaron la pandemia, mi divorcio, el tema de la preparación de los Juegos, que fue muy dura y con mucho tiempo fuera de casa, y después, los propios Juegos. Fueron duros ya no por tener un papel secundario en el equipo, sino porque cuando el cuerpo técnico no te dice las cosas a la cara, te afecta. Seguramente ha sido la temporada más dura de mi carrera, porque una pandemia mundial lo complica todo y el resto de cosas lo hicieron aún más difícil.

-¿Qué pasó en Tokio con el cuerpo técnico de la selección?

-El problema no es jugar más o menos, sino que te digan que estés preparado, que cuentan contigo, y luego no juegues. Entiendo que en la selección nacional están los mejores y que si no juego, es porque otro es mejor. Si lo ven así y me lo dicen, no pasa nada, me quedo en el banquillo animando a mis compañeros e intentando apoyar lo más posible. Pero si te transmiten que cuentan contigo, que quieren que salgas, y al final no, te va minando.

-Y se quedaron al borde de conseguir otra medalla...

-Sí, creo que podíamos haber hecho un poquito más. En la primera fase jugamos bien, pero quemamos a ciertos jugadores que luego no llegaron frescos a los cruces. Cuando llegas a casa, ves que has quedado cuarto del mundo y lo ves con otros ojos. Allí solo piensas en la medalla que se escapa, pero aunque veníamos de la plata de Pekín, de eso hacía cinco años y en el Mundial habíamos sido quintos, así que mejoramos un puesto.

-¿Cómo ve su futuro en la selección si sigue el cuerpo técnico?

-Es una incógnita. Llegan rumores de que no siguen, pero tenemos el Europeo en diciembre y aún no sabemos qué va a pasar. Si siguen, debería tener una conversación con ellos; si no, estaré encantado de seguir defendiendo la camiseta de la selección siempre y cuando dé el nivel.

-Así que en ningún momento hablaron del tema.

-No, fue una situación rara. Estabas allí dentro y tenías la sensación de que confiaban en cinco o seis y el resto no existíamos. Al llegar a Madrid desde Tokio, apenas se despidieron. Veías que algunos jugadores salían un minuto, cometían un error, y los cambiaban, mientras otros cometían 27 y no. Y es normal que se cometan errores, no es nada contra esos jugadores. Pero todos deberíamos tener las mismas oportunidades, sobre todo jugadores que llevamos mucho tiempo en la selección y se nos ha ignorado.

-¿Cuántos días de vacaciones ha tenido a su regreso?

-Pues... ninguno. Llegué a Vigo el martes de hace dos semanas y, por la noche, fui a entrenar. Me dicen que estoy loco, pero para mí jugar aquí no es trabajo, me lo paso bien, confían en mí, saben lo que puedo dar, estoy en familia. Son como vacaciones entre comillas, con el desgaste físico que conlleva. Y aunque quede mal decirlo, en Tokio no me desgasté mucho físicamente. Sí a nivel mental, y me viene bien cambiar el chip.

-¿Cómo afronta la nueva temporada con el Amfiv?

-Estoy con muchas ganas de aportar, de aprender y de que empiece la liga. Competir con los de arriba sigue siendo difícil por la diferencia de presupuesto. Pero, como todos los años, daremos mucho que hablar. Nuestro objetivo es el de siempre: competir cada partido e ir poco a poco. Donde estemos lo dirán los resultados, pero seguro que estaremos contentos porque daremos el 100 %.