4.400 licencias sin equipo puntero

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO

AGOSTIÑO IGLESIAS

La delegación viguesa lidera en jugadores a todas las gallegas, pero no logra alcanzar la competición nacional

04 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Vigo es territorio abonado para el fútbol sala y es uno de los grandes pulmones del cuero pequeño en Galicia, aún con el lunar de su incomparecencia en las competiciones nacionales, en las que no logra colarse.

licencias

El tope de los 4.400 jugadores. La cifra de licencias para fútbol sala en la delegación viguesa de fútbol es la más alta en todas las de Galicia. Para este curso, aún con torneos que mantienen abierta la inscripción, el registro hasta el pasado 10 de noviembre alcanzaba las 4.015, de las cuales 440 son femeninas. Hablamos de 347 equipos, pertenecientes a 64 clubes distintos. Y esa cifra crece aún más si tenemos en cuenta que se mantienen al margen de la Federación Galega de Fútbol, torneos con el calado de la Liga Metropolitana o Vigo en Xogo, más encaminados a competiciones sénior o veteranos con sus propias estructuras. Aunque los ratios de población favorecen a esas cifras, la delegación viguesa supera con claridad a las de A Coruña, por encima de las 2.000 licencias, como Santiago, y a la lucense, que rebasa las 3.000 con el impulso que provocaron el Azkar Lugo y el Burela en sus dos centros neurálgicos.

Cantera

Una base sólida. Borja Arca es el responsable del fútbol sala en la delegación federativa y un gran conocedor del tejido de su deporte en la ciudad y en las lindes de su estructura organizativa: «Se están dando pasos importantes y este siempre ha sido un deporte con mucha afición en la ciudad, pero falta una referencia en las categorías de élite o quizás un paso del Celta con una sección de fútbol sala, al igual que se habla de que podrían entrar con el fútbol femenino». Con todo, en el seno de los clubes que compiten en el territorio olívico, sí destaca una apuesta clara por la formación y por las oportunidades a jugadores jóvenes, al menos en los torneos federados, como reconoce el propio Borja: «En prebenjamines, por ejemplo, contabilizamos sesenta equipos de fútbol sala, solo unos pocos menos que en fútbol. Más adelante la diferencia se agranda, pero los niños tienen un acceso fluido a nuestro deporte y tenemos muchos jugadores de gran calidad en la zona, aunque vemos que se van marchando a otros de Galicia, del resto del país e incluso al extranjero, a torneos como los de Italia».

futuro

Patrocinadores indispensables. El club más cercano a una plaza nacional, a día de hoy, es el Coruxo FS, entidad que nació de la mano del Coruxo FC y que separó su camino hace unos años, precisamente cuando ya habían alcanzado la Segunda B. Su secretario, Eduardo Alonso, le concede gran importancia a los apoyos publicitarios: «Sin nuestros patrocinadores no hubiéramos alcanzado nunca una estabilidad. Al final apuestan por el fútbol, porque es lo que tiene más tirón, pero los nuestros fueron fieles siempre, desde Talleres ABC al actual Ganomagoga». Por eso, cuando la entidad se desmarcó del club de O Vao, volvió a empezar desde la Autonómica y realizó un camino ascendente en el que ya se han asentado en la Tercera División: «Le dimos un gran cambio al equipo este año, incorporamos a Lucas Fernández como entrenador y solo se quedaron tres jugadores de una plantilla rejuvenecida, que de momento está a dos puntos del liderato y con la ilusión de llegar a la Segunda B».

Estímulos

La federación quiere aportar reclamos de nivel. Pablo Prieto, punta de lanza del fútbol sala en el organigrama de la Federación Galega de Fútbol, tiene claro que la de Vigo es una plaza muy importante para su deporte: «Es una potencia dentro de Galicia, sería muy valioso contar con un par de equipos en categoría nacional, tanto masculinos como femeninos. Ese sería el golpe de efecto definitivo. Después quedaría trabajo por hacer, buscar mejores pistas e instalaciones, para seguir ayudando a la base. También sería importante afianzar clubes de élite en la ciudad, porque queremos que Vigo cuente para llevar eventos de gran magnitud con partidos de selecciones, o torneos nacionales, que le den un tirón más al fútbol sala».

emigrantes

Muchos jugadores salen buscando mejores opciones. Son conocidos los casos de deportistas que brillan en el fútbol sala vigués y terminan dirigiéndose a otras ciudades. En el caso del presidente del Vigo 2015, Javier Fernández, el caso le atañe de cerca: «Mi hijo Alberto se formó en el club y ya lleva seis años compitiendo en Italia, a donde llegó con Ramiro López. Tomás, también estuvo por allá antes de regresar al Baíña y en la época buena del Santiago FS, alguno de nuestros chicos pasó por sus plantillas. Para estructuras como la nuestra es complicado, pero nos empeñamos en seguir siendo un club de cantera con niños y niñas en todas las categorías. El primer equipo es muy joven y con chicos que llegan de las categorías inferiores, que al final se van a otros conjuntos por un motivo o por otro».