El centro religioso afectado por la explosión de Paramos será una residencia de la tercera edad

Monica Torres
mÓNICA TORRES TUI / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La reconstrucción del centro supera los 1,5 millones por lo que la asociación de fieles ha cedido su uso

27 sep 2019 . Actualizado a las 08:30 h.

El centro de la asociación de fieles de la Juventud Unida en Marcha que resultó gravemente afectado por la explosión de Paramos reabrirá como residencia de mayores. El viernes pasado firmaron la cesión a 35 años con Senes Fogar, según confirmaron ayer los sacerdotes Juan Carlos Rial y José Vidal Novoa, vicario de Pastoral. «O edificio resultou moi danado, non tiña seguro e ó non tratarse dunda vivenda non podían acollerse a ningunha das liñas de achegas para unha reconstrucción que estimamos nun 1,5 millóns de euros», indica Vidal Novoa. Según el contrato previsto, la residencia con 59 plazas, debería abrir en unos dos años, pero los plazos no dependen solo de ellos en este caso ya que aún hay que reponer los servicios en la zona. «Hai que ter certa flexibilidade nas datas ó tratarse dunha situación extraordinaria», recordó el vicario de Pastoral.

Tras la explosión y, ante la imposibilidad de poder afrontar la reconstrucción de un espacio que levantó como proyecto personal de vida el sacerdote Celso Rodríguez, la asociación de fieles buscó fórmulas que permitieran la rehabilitación. «Pretendían que se mantivera o carisma xuvenil do proxecto e primeiro estívose en contacto cunha congregación relixiosa brasileira que ía asentarse en España, pero o proxecto non fructificou así que a asociación de fieis, que é a que tomou a decisión, pensou nunha posible escola ou nun centro de maiores», señaló el sacerdote José Vidal. Se trata de un edificio de 4.000 metros cuadrados en una finca que se llama precisamente Lugar da Torre, como el barrio que voló por los aires. Sigue perteneciendo a la JUM otra parcela en la que se encuentra la casa de una vecina que donó en su momento los terrenos para ese proyecto.

«A onda expansiva desfixo todo o inmoble, do que só podería quedar a estrutura», confirman los Rial y Vidal. Los primeros diez de los 35 años de cesión se contempla una carencia para afrontar la reconstrucción y después se abonará un alquiler de unos 2.000 euros al año.