A la sombra

VIGO

28 jul 2017 . Actualizado a las 19:22 h.

Cumplen un mes en prisión los directivos de Novagalicia Banco condenados por apropiarse de una millonada en falsas indemnizaciones por jubilación. Julio Fernández Gayoso, José Luis Pego y Óscar Rodríguez Estrada se alojan en un «módulo de respeto» en A Lama, donde sitúan a presos que no sean violentos. A cambio se comprometen a ducharse todos los días, a limpiar el retrete y la ducha de la celda, a hacer bien la cama, a formar parte de equipos de mantenimiento de las zonas comunes y a evitar los choques con otros reclusos. Por lo que cuentan, también frecuentan la enfermería, tal vez con la ilusión de lograr el tercer grado por motivos de salud, van a la biblioteca y tienen derecho a ver la televisión.

Con los 60 euros semanales de su tarjeta del economato pueden procurarse algunos enseres personales. Por fortuna, el valor del dinero es relativo, como estarán comprobando unos señores que, en compañía de otros dos, encarcelados en la Meseta, se repartieron por la cara 18,4 millones de euros. Un botín que aún no han devuelto a las arcas públicas. Porque de ellas, del dinero de todos, sustanciado a través del FROB, salió el rescate de la entidad bancaria con el que se pagaron sus indemnizaciones millonarias. En cualquier caso, cuando uno piensa en Julio Fernández Gayoso, es imposible no sentir piedad por las personas mayores que sufren. Que al final de una larga vida de trabajo se llevan un gran revés. Y que lo pierden todo. En concreto, por las personas mayores engañadas por las preferentes y subordinadas. Supongo que la larga estancia en prisión permitirá a los banqueros reflexionar sobre el calvario que hicieron padecer a tanta gente.