El entorno de Beiramar, con seis macronaves abandonadas, languidece con fuegos continuos
17 nov 2013 . Actualizado a las 21:34 h.La Policía Nacional desarticuló una organización internacional que obligaba a mujeres nigerianas a prostituirse en la calle Jacinto Benavente. Agentes de la Guardia Civil detuvieron aquí también al cómplice de Canceliñas. Prostitutas y travestis toman la calle cada noche en busca de clientes mientras drogadictos acuden en búsqueda de su dosis. El incendio que nubló el cielo de Vigo el pasado 31 de julio también fue en una de sus naves abandonadas. Muy cerca de allí fue asesinada y tirada al mar una meretriz africana.
La calle interior de Beiramar constituye uno de los espacios más estratégicos de Vigo y que, sin embargo ha sucumbido a la marginación.
La degradación de este espacio va parejo a su declive urbanístico. Media docena de naves industriales se encuentran en estado de abandono en esta avenida. Antaño fueron símbolo de la riqueza de la ciudad. Hoy se cuelan a diario en su interior indigentes en busca de un lugar donde cobijarse o donde poder drogarse. A menudo han sido pasto de las llamas.
La situación de Beiramar es un reflejo de las consecuencias de la recesión en la ciudad. Si hubiera dinero para invertir, ese espacio ya se hubiera reconvertido en un área residencial con comercios, áreas verdes y espacios de ocio, tal y como contempla el Plan Xeral. Pero nada se sabe del proyecto transformador que presentó Abel Caballero para impulsar la zona y que contemplaba prolongar el túnel.
Ubicado en primera línea, a pocos minutos a pie de la Alameda y con servicios en su entorno como la Casa del Mar, la escuela náutica, un colegio, el auditorio Mar de Vigo, un hotel de cuatro estrellas hoy cerrado o un pabellón de deportes, tendría potencial para ser uno de los enclaves más privilegiados de la ciudad.
Y, sin embargo, la mayoría de los vecinos de las calles del entorno evitan pasar por este lugar durante las horas de la noche. La situación cambia por la mañana, cuando acuden a diario a sus puestos de trabajo empleados y trabajadores de las empresas que continúan funcionando en esa zona. Pescapuerta y Conservas Albo son las más activas. La calle cambia de cara en cuanto oscurece. «El problema no son las prostitutas, sino lo que atraen: gente alcohólica, borracha o drogada», manifiesta Marcos, un vecino de la zona, que afirma que llevan 20 años sin poder dormir bien por culpa de los jaleos que se producen con frecuencia.
Abandono
El abandono se extiende también a las calles adyacentes. Vecinos de avenidas como Juan Ramón Giménez, Instituto Oceanográfico o Severo Ochoa llevan años reclamando la humanización de las calles o simplemente aceras que les permitan desplazarse hasta el centro urbano sin necesidad de andar por mitad de la carretera.
Para la Asociación de Vecinos del Casco Vello, la próxima remodelación de la calle Marqués de Valterra supondrá una mejora importante para todo el barrio. Sin embargo, todavía continúa pendiente la recuperación integral de la calle interior de Beiramar.
Los residentes reclaman al Concello una mejora de todos los viales