O Castro sin coches

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas EL ÁTICO

VIGO

03 sep 2013 . Actualizado a las 11:30 h.

Fue lo mejor de la jornada del pasado sábado. El Concello de Vigo impidió, durante una buena parte del día, el tráfico rodado por el parque de O Castro con motivo de las actividades de ocio familiar. Y es que no sabemos lo que tenemos. Independientemente, de las connotaciones históricas que tiene el viejo Feroso, el papel medioambiental y lúdico que debería jugar en nuestras vidas todavía no ha sido explotado por nadie. La castreña colina no es camino de paso hacia ningún lado. En el exterior de las murallas del castillo no vive nadie. ¿Por qué entonces permitir el tráfico de vehículos por el parque?

Los partidarios defienden su postura alegando la posibilidad de aparcar de forma gratuita en sus carreteras. Los detractores rechazan también esta forma de contaminar visualmente el entorno natural. Ahora que el Concello de Vigo, con gran acierto, accedió a demoler el restaurante adosado a uno de los baluartes del castillo, sería buen momento para emprender un plan ambicioso destinado a convertir el parque en una zona libre de vehículos, donde el peatón camine sin preocupación, sin ruidos cercanos y rodeado de aire limpio.

El mantenimiento de una línea de autobuses solventaría los problemas que pudiese acarrear para las personas mayores la prohibición de ascender en automóviles.

O Castro es donde se encontraron las primeras formas urbanas de población en Vigo, que ahora podemos visitar algunos días de la semana. Está el castillo, ejemplo de arquitectura militar del siglo XVII. Pero sobre todo, y a lo mejor lo más interesante, están las maravillosas vistas panorámicas, esas que los vigueses siempre resaltamos cuando queremos hablar bien de nuestra tierra.

jorge.lamas@lavoz.es