Los vigueses han perdido ocho puntos encajando gol en el último cuarto de hora
11 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Los finales de partido se han convertido en un lastre para el Celta. Una vía de agua que va más allá de la mala suerte. Hasta en seis ocasiones después de 23 partidos el equipo vigués se ha dejado puntos por encajar un gol en el último cuarto de hora. En total ocho que ya estaba a punto de sumar y cuyo rédito significaría verse en una situación mucho más desahogada. En vez del descenso, los vigueses sumarían 28 puntos y vivirían plácidamente en el epicentro de la tabla.
El gol de Valdez fue el más postrero de cuantos encajados hasta la fecha. El paraguayo lo consiguió a los 92 minutos y 44 segundos, a 16 de cumplirse el tiempo reglamentario después de los tres de añadido que decretó al árbitro.
Pero sin resultar tan cruel, el Celta ya ha patinado cinco veces en la misma piedra. Comenzando por la jornada inaugural con el Málaga, cuando el debutante Fabrice vio puerta a falta de siete minutos en un partido que caminaba hacia el empate sin goles.
Después llegó la derrota en Vallecas, en donde al margen de la remontada local, el Celta guardaba con celo un 2-2 que Piti le arrebató a falta de ocho minutos para la conclusión.
Peor fue la continuación con el Levante y el Betis, los dos en Balaídos. Los granotas empataron en el 88 sacando a un jugador del filial pocos minutos antes. En otro centro lateral como el vivido el sábado con un rival esperando para rematar en el área pequeña. Aquel día, quizás en el mejor momento de la temporada, el equipo ya acariciaba el triunfo después del tanto de De Lucas en el arranque de partido.
Dos jornadas después fue Jorge Molina quien dejó mudo Balaídos a falta de diez minutos en una contra del Betis que culminó girándose para fusilar a placer a Varas.
La historia se completa con el golazo de Adrián en el Calderón a falta de 14 minutos y después de una resistencia numantina de los celestes. El tanto de Valdez es hasta el momento la última muesca de una estadística letal.
Javi Varas admitió que es algo demasiado repetitivo para ser casualidad. «Son muchos partidos en casa, Málaga, Betis, Levante, Valencia. Dije hace un par de semanas que a veces había que aprender a empatar alguno me tachó de conformista, pero en vez de llevar todas estas derrotas se hubiese sumado cuatro empates tendríamos cuatro puntos más».
Preguntado por los causas, no se atrevió con un diagnóstico: «No lo sé, no sabría decirlo. Es cierto que se repite con frecuencia y hay que evaluarlo, pero a día de hoy no puedo dar un diagnóstico de lo que puede ocurrir porque perdemos tantos partidos en los últimos minutos», aunque reconocía que en el caso concreto del Valencia, los chés habían llegado más frescos al tramo final de partido y que Valdez había sacado a pasear su poderío aéreo en el lance decisivo.
ANÁLISIS algo más que infortunio