Ni una alegría que llevarse a la boca

b.r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

22 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Nunca como el domingo por la noche la sede del PSOE en Vigo estuvo tan identificada anímicamente con el nombre del barrio en el que se asienta: el Calvario. Hasta el retrato de Pablo Iglesias parecía más triste mientras los militantes socialistas de Vigo, un par de docenas, esperaban a que su candidata viguesa, Carmela Silva, digiriese los resultados antes de dirigirse a los congregados, que se podían contar con los dedos de la mano. Allí no hubo ni fiesta, ni pinchitos, ni un poco pulpo, ni nada que llevarse a la boca durante la espera. Solo unas tristes patatillas en platos de plástico custodiadas tras la barra del local. Carmela no iba a hablar antes que Rubalcaba ni antes que Pachi Vázquez, así que mataba el tiempo fumando en el balcón del número 180 de la calle Urzaiz, desde el que llamaba a su marido a grito pelado, ¡Nucho!, antes de que llegase Abel Caballero, que finalmente, tras ensayar una sonrisa, la flanqueó por la izquierda a la hora de valorar el castañazo. La única que no perdió el tiempo fue Isaura Abelairas, que, atónita, solo levantó la vista del teclado de su Blackberry cuando en la televisión, Rajoy, desde el balcón, dijo que no hay nada que temer.

LA NOCHE ELECTORAL del psoe