Todo sigue un orden en la casa de la Tía Ni. Cada dependencia de la casa está dedicada a un área del conocimiento. Los libros de historia en un sitio, los de ciencias en otro, las revistas en el antiguo cuarto de baño, los de gastronomía en la cocina y además hay una sala de literatura para niños donde también pueden jugar o pintar. La casa reserva un espacio para la fotografía, con máquinas antiguas y otro para la religión con ejemplares difíciles de encontrar en las librerías convencionales. Los amantes de la música encontrarán un rincón especial en la segunda planta, con una selección de instrumentos antiguos, partituras en sus primeras ediciones o discos de vinilo. Tampoco falta un rincón destinado a la venta de artículos con fines solidarios o un «hospital de cosas» atendido por especialistas de diferentes ramas.
Abierto
La casa de la Tía Ni es un nuevo espacio cultural en Sabarís. «Procuramos que sea un espacio abierto para todas las formas de pensar, pero desde un punto de vista histórico y cultural, no nos gustaría que esto fuera un foro político», afirma Nieves. Abrirá todos los días del año de miércoles a domingo.