Por octava vez en su historia al Octavio le corresponde hacer cumbre. Un año después de consumar un descenso un tanto inesperado, el conjunto vigués puede certificar esta tarde (20.15 horas, As Travesas) el ascenso a la Liga Asobal. Un retorno por la vía rápida, sin esperar tres años como ocurrió en el anterior viaje hacia la División de Honor B.
El cuadro de Quique Domínguez ha hecho el trayecto de regreso con un expediente impoluto. Con cuatro únicas derrotas a lo largo de todo el curso, con un pleno de puntos en Vigo y sin un revés en la maniobra de aproximación al objetivo. Cuando el ascenso se puso a tiro, los vigueses no fallaron. Ni ante Huesca, y en la salida a Palma del Río, ni en el aplazado ante el Villa de Aranda. Solo le queda el último escalón. Un punto y los deberes hechos.
Pero el encuentro ante el cuadro burgalés ha dejado un mensaje que Quique Domínguez ha utilizado en una semana en donde el entorno habla más de futuro y de fiesta que del propio partido. Ante los arandinos el Octavio no salió con la tensión necesaria y necesitó de una reacción en la recta final del primer acto para arreglarla.
Por eso el mensaje del técnico ha ido machacón. Falta un punto y la fiesta puede esperar. Lo primero es superar al Barakaldo. Él está convencido de que el mensaje ha calado en los suyos y esta tarde tocará comprobarlo.
En teoría el rival vizcaíno llega casi de vacaciones, pero Domínguez no se fía. Ensalza su segunda vuelta y avisa de un partido más duro del que en teoría indica la hoja de ruta del ascenso. «Son muy serios. Ellos son un equipo físicamente bueno como todos los vascos, de mucho contacto y que además está haciendo un buen balonmano, que son duros en defensa y que tienen en la portería a Rogelio Llamazares. Habrá que ser fieles a nuestra forma de jugar, imponer un ritmo alto y defender mucho mejor que hicimos la jornada pasada en el primer tiempo ante Aranda», comentó el preparador en Radio Voz Vigo.
Como se esperaba, el recién operado Cerillo y Dani Cerqueira serán las únicas bajas en el cuadro académico, ya que tanto Polakovic como Pablo Domínguez entrenaron con normalidad desde el jueves y podrán disputar la contienda.
Atento el Cangas
El Cangas juega casi dos horas antes (desde las seis y media) en O Gatañal ante el Pozoblanco con la premisa de sumar el punto que le falta para asegurarse de un modo matemático el play off, pero en caso de no poder hacer sus deberes, el Octavio podría ejercer como aliado, ya que el empate o el triunfo de los vigueses, además de certificar su ascenso, también sirve de salvoconducto para la clasificación del equipo del otro lado de la ría.
Un motivo más para que la fiesta se apodere del recinto de As Travesas al filo de las diez de la noche. Cuatro años y dos días después, las sensaciones del retorno a Asobal deben estar presentes en un pabellón que por fortuna ya se ha acostumbrado a vivir este tipo de finales.