Postes de Fenosa atravesados, edificios con riesgo de derrumbe, suciedad y el tráfico, excesivo para una calle peatonal. El botellón no es el único problema del histórico barrio de O Forte. La calle de Félix Ozámiz necesita arreglos inmediatos.
Para empezar, los vecinos piden que se retiren de una vez los postes de luz que llevan años atravesados en el vial. Los palos quedaron así ubicados después de unas obras y aunque el Concello está gestionando con Fenosa su retirada, desde la asociación no ven «indicios» de que se eliminen en breve y se soterren los cables.
Por otro lado, la calle Ozamiz es peatonal. Sin embargo, es frecuente que por ella circule tráfico no autorizado o rápido. Según la agrupación vecinal, un hecho así pone en riesgo a los peatones, en gran parte personas mayores y niños.
En tercer lugar, la asociación pide que se inicien los trámites para proceder al derribo de las fincas ruinosas ubicadas en los números 3 y 58 de la calle, ya que, además de dar mala imagen, «pueden suponer en el futuro un peligro de accidente».
Por último, los vecinos de esta calle están hartos de la suciedad que se acumula en la misma, sobre todo cuando se celebra el botellón y los desperdicios permanecen durante todo el fin de semana sin que actúe el servicio de recogida municipal. Como quedó constancia tras la última asamblea, llevan más de dos años alertando sobre esta situación.
La asociación de vecinos de O Forte tacha de incoherente el hecho de que se les dé a las calles nombres de poetas y literatos gallegos, «motivo de interés para muchos turistas», pero que no se limpien ni «adecenten». Este es el caso de las calles Pondal, Curros, Rosalía de Castro o Bernardino Graña.
Los vecinos se quejan, además, del estado del paseo de madera de la playa Rodeira, muchas de cuyas maderas están en mal estado, y de la poca atención que se le presta al ajardinado del frente marítimo y la suciedad que padece habitualmente la plaza das Pontes.