Casi dos vueltas dio la cadena humana alrededor del edificio de Las Gota de Leche para reivindicar su apertura.
Convocada por la Red Social Galicia Sur participaron más de medio millar de personas, el doble que en la primera llamada.
Los actos reivindicativos de ayer se completaron con una inauguración simbólica para la que fueron utilizados medios de lo más modestos. Unas puertas de cartón y unas cadenas elaboradas con una bolsa de plástico bastaron a los participantes para abrir las puertas de un albergue que se hace esperar más de la cuenta. Tampoco faltó el discurso del que se suponía actuaba en nombre del presidente de la Xunta.
Los actos reivindicativos, celebrados bajo el lema «este edificio albergue es», se iniciaron ayer con una sentada a las puertas del inmueble, que se prolongó durante veinticuatro horas mediante turnos. En total, unas 35 personas durmieron en la entrada de La Gota de Leche con sacos de dormir y cartones para emular a los ciudadanos sin techo que pasan por esa circunstancia a diario.
Para los representantes de la Red Social Galicia Sur la de ayer es una respuesta de la ciudadanía a una necesidad palpable que cada día se hace más evidente. Entienden que esta reacción es más válida que la confrontación en la que se pierden los distintos partidos políticos.
Los colectivos integrantes solicitaron entrevistas con los representantes de la Xunta, tanto de Santiago como de la ciudad, para hacerles llegar sus inquietudes por las cerca de 350 personas que carecen de techo bajo el que cobijarse.
El cierre este mes del albergue provisional, situado en una planta de la antigua escuela de hostelería de O Berbés debido a las malas condiciones, deja de nuevo a los indigentes en la calle y los devuelve a soportales, viviendas en ruinas y estancias de cajeros automáticos.
La anterior Xunta habilitó una planta de La Gota de Leche para este fin y a la actual le correspondería dotarlo de presupuesto y personal en el supuesto de que se abriera.