La parroquia de Nigrán abrió ayer los brazos a los cruceristas que arribaron a Vigo pero ninguno se apuntó a la excursión
28 may 2008 . Actualizado a las 12:10 h.El bar de Chandebrito sirvió ayer los cafés a la misma gente de siempre. Las ovejas pastaron tranquilamente en la falda del legendario castro durante toda la mañana sin que nadie las molestara. Y los grillos tampoco dejaron de cantar por nada extraño.
Los vecinos pasaron la jornada como siempre, es decir, sin más novedad que el pescado que cada dos días sube una mujer en su furgoneta para vender.
Y eso que ayer podía haber sido un día histórico para esta parroquia de Nigrán. Por primera vez en su historia iban a recibir la primera oleada de turistas procedentes de uno de los cruceros que ayer arribaron al puerto de Vigo.
El acontecimiento tenía un gran significado en una de las aldeas más remotas de la comarca de O Val Miñor. Suponía el inicio de un cambio, la apertura al exterior, el desarrollo de una vocación turística que, aunque humilde, podía propiciar un cierto despegue económico y algo de riqueza para sus habitantes. Porque Chandebrito posee unos grandes valores culturales que mostrar a los visitantes y que todavía continúan sin aprovechar como recurso turístico.
Pero la revolución no llegó ayer o, mejor dicho, pasó de largo en dirección a Baiona. Se esperaba la llegada de turistas ingleses del crucero Oceanna .
La inclusión de la parroquia más interior de Nigrán dentro de las excursiones guiadas de los cruceros fue posible gracias a un acuerdo que el Concello alcanzó con la empresa mayorista de cruceros Viajes Durán.
Pasaron de largo
La excursión no se hizo porque ninguno de los 2.056 turistas que venían a bordo del barco quiso apuntarse.
La mayoría prefirió darse una vuelta por Vigo y muchos se acercaron también hasta Baiona para pasar el día, pero nada de cansarse por los empinados senderos del castro. De nada sirvieron los esfuerzos realizados por el Concello durante los últimos días por mantener limpio el entorno.
Pero Chandebrito no se rinde y confía en que algún día todo su patrimonio tenga el reconocimiento que se merece.
En esta localidad se está desarrollando un proyecto de recuperación patrimonial dirigido por la arqueóloga Rosa Villar y cofinanciado por el Proder II.
Este plan consiste en el diseño de una ruta turística por los principales elementos patrimoniales de la localidad.
La puesta en marcha del proyecto ya ha contemplado la creación de una escalera de madera y una barandilla a lo largo del castro para facilitar el acceso de los visitantes a los elementos patrimoniales más interesantes, como molinos o petroglifos.
La concejala de Turismo, Estela Pérez, informa que este verano se pondrá en marcha un centro de acogida de visitantes que también hará las funciones de oficina de interpretación patrimonial, para ofrecer a los visitantes información sobre el patrimonio rupestre, etnológico y natural.
Hoy miércoles está prevista la llegada de otro barco con miles de pasajeros al puerto vigués, el Artemis , una nueva oportunidad para que los turistas no pasen de largo.