«El violín no se toca con los dedos, es con la cabeza»

Xulio Vázquez

VIGO

27 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Dicen que los niños vienen al mundo con un pan debajo del brazo, pero en el caso del cubano Armando Toledo Cisneros fue con un violín. Nació en Holguín (Cuba) y, con 10 años, se fue a La Habana para estudiar música en un conservatorio. Se apuntó a la guitarra, sin embargo, cambió de idea al escuchar en un concierto como un ruso tocaba el violín. Quedó prendado de su sonido, hasta tal punto que planteó la disyuntiva de regresar a su provincia si no lo dejaban cambiar los estudios para ese instrumento. Asintieron y, con el tiempo, se convirtió en todo un maestro. Sus escritos técnicos son los libros de texto que utilizan en Cuba para impartir clases. Hace muchos años que está afincado en Vigo y sigue creando escuela en su academia, en el número 37 de la calle Elduayen (2º piso). «El violín no se toca con los dedos, es con la cabeza», recuerda que se lo dijo un gran profesor y así se lo transmite a sus alumnos. -¿Cómo se le dio por la música? -En nuestro país es algo espontáneo. Mi abuelo y un tío también tocaron algún instrumento, por lo que a mis padres no les causó sorpresa que me inclinase por la música. Desde más chiquito todavía, cuando ya tenía uso de razón, empecé cantando como solista en una iglesia. Tenía una voz blanca, de soprano, pero me decanté por la música. -¿Sus estudios en La Habana? -Estuve interno once años. El violinista ruso que me se sedujo con su música para que eligiese el violín fue David Oistraj. Precisamente la escuela rusa es la que más me ha influido en mi carrera. -¿A qué se dedica en España? -Desde el año 1995 tengo una academia en Vigo, donde imparto clases de violín. También desde el 1993 al 2005 trabajé en el Conservatorio Superior de Santiago.