Juan Ramón López Caro vio el mismo partido que el Heliodoro Rodríguez. Comentó que hubiese cambiado a sus once hombres en el descanso. Del mismo modo elogió la actitud de sus hombres en el segundo tiempo y aunque reconoció que hubo la opción del empate no dudó en señalar al cuadro tinerfeño como justo vencedor del duelo.
«Si pudiera cambiaría a los once jugadores en el descanso», espetó al ser preguntado por el rápido cambio de Jorge Larena nada más entrar en la conferencia de prensa. A diferencia de siempre, en esta ocasión el preparador no se mordió la lengua.
El preparador lebrijano no dudó en decir que «el Tenerife ha estado mejor y ha ganado el partido con justicia. Ha habido un equipo que ha estado mejor que nosotros, nosotros solo tuvimos buenso parciales». Como de costumbre se considera el máximo responsable de la derrota y negó que enviase algún recado a sus futbolistas, ya que recordó «que yo las cosas las digo a la cara. Ya la diré a los jugadores lo que les tenga que decir».
Único mérito
El único mérito que le reconoce a su equipo fue la actitud y la entrega del segundo tiempo. «Nosotros hemos tenido profundad y actitud en el segundo tiempo. Con un 3-1 en contra mis jugadores lo han intentado pese a la inmensa dificultad, pero el debemos saber que el partido empieza en el minuto 1 y hay qu salir con hambre y con ilusión desde el principio. Un partido tiene que ser completo, no irregular».
El argumento esencial de toda la comparencia del entrenador celeste versó sobre la apatía del equipo a lo largo del primer tiempo y el cambio sufrido en el segundo, algo que en absoluto le satisface al técnico.
Preguntado por la dolencia de Canobbio, guardó cautela. Habló de un golpe en el tobillo pero desconoce el alcance de la lesión.
Más allá de las palabras estaba el rictus del preparador. Serio y más parco que nunca. Su talante denotaba que para nada estaba contento con lo que había visto sobre el terreno de juego. No obstante, no quiso enjuiciar si había sido el peor partido del Celta desde su llegada a Vigo. Le parece algo difícil de calibrar.
Seguro que a lo largo de la semana no falta el pertinente toque de atención después de lo visto.