El gobierno local tomó el relevo a los hosteleros en la organización
19 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.vigo | Todo comenzó hace diez años, cuando los hosteleros de la villa de Redondela pensaron que había que crear algo para mantener la tensión lúdica en el pueblo. Y qué algo más original que trasladar el carnaval al verano, como ocurre en Brasil por aquello de los hemisferios, o en Londres, por aquello de gozar los beneficios del sol.
Sin embargo, en esta ocasión, los organizadores del evento han sido otros. Los hosteleros decidieron este año quedarse al margen de la dirección carnavalesca, quizá por las malas relaciones con el gobierno local, por el conflicto surgido con el cierre de algunos bares emblemáticos del lugar.
No hay problema, debió pensar el equipo de gobierno. A ver quién dejaba ahora al personal sin la alegría del entroido soleado. Así que desde el Concello se decidió asumir el evento. En principio, la jarana se circunscribiría a los más pequeños del pueblo. Una fiesta infantil, dotada con talleres de máscaras, maquillaje y globoflexia era el plan previsto. Todo ello, aderezado por la música ambiental.
Orquesta Mondragón
Pero no fue todo tan inocente. A pesar de que los hosteleros no pusieron los tradicionales grifos de cerveza para sofocar la sed, la juventud apareció disfrazada, como manda el Meco, y la fiesta subió de tono. El combustible se suministró, en esta ocasión, al estilo del botellón sabatino, y las gracias ya no cesaron de brotar por todos los rincones de la alameda redondelana.
Ya por la noche, el turno le llegó a la principal atracción del festejo: la Orquesta Mondragón. Gurruchaga y compañía tenían el turno para hacer bailar a quien lo deseara. Y fueron muchos quienes quisieron.