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Reportaje | Novedoso sistema de venta El Concello vigués acepta la cesión de una obra de José María Barreiro hasta 2010; si la quiere en propiedad, pagará cien mil euros dentro de tres años

26 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

?osé María Barreiro Gómez se ofreció al Concello vigués para que coloque sin coste alguno una obra suya denominada «Ventos do mar» en el lugar público de la ciudad que considere conveniente. La propuesta, al parecer sin precedentes, pilló por sorpresa a los responsables municipales. Tanto que se pidió un informe jurídico para saber si la iniciativa planteaba algún tipo de problemas legales. Y es que Barreiro Gómez no propone una cesión gratuita sino más bien una venta con cobro aplazado. El artista, con estudio en Beluso, Bueu, plantea el pago dentro de tres años en el supuesto de que el Concello vigués quiera la propiedad de su trabajo. Para evitar malos entendidos el precio queda fijado de antemano: cien mil euros más impuestos. De no haber acuerdo, se retiraría. Después de analizar pros y contras el gobierno municipal acordó ayer dar el visto bueno a la iniciativa y se decidió emplazarla en la rotonda existente en el entronque de la calle Aragón con la Travesía de Vigo, justo enfrente del centro comercial de Carrefour. Al concejal de Cultura, Ignacio López-Chaves, la propuesta le parece bien ya que, de entrada, no tiene otros costes para el Concello que los gastos que genere el traslado y su colocación, así como los derivados de los daños que pueda sufrir. Lo mismo opina el portavoz municipal, José Manuel Figueroa, quien dio a conocer este novedoso sistema de adquisición de obras de arte. Ninguno de ambos concejales conoce un precedente de este tipo en el Concello vigués y consideran que tampoco supone atadura alguna. A mayores, serán dos corporaciones las que intervengan en el proceso: el gobierno actual, que toma la decisión, y el que se constituya tras las elecciones de mayo, que acordará si paga el precio o bien le devuelve la escultura a su autor. Quizás para 2010 los vecinos de Teis y la Travesía tengan algo que decir después de tres años contemplando «Ventos do mar».