Reportaje | Alternativas a la toalla playera La llegada del buen tiempo dispara la demanda de bronceados artificiales y el consumo de productos de belleza que dan un buen color a la piel
01 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.«Soy opositora y ama de casa, no tengo tiempo de ir a la playa», confiesa Ana de Luelmo tras un baño de sol en un centro de bronceado de la calle Camelias. Ana de Luelmo acude cada quince días a una sesión de rayos ultravioletas. «Necesito sol y es un antidepresivo formidable», señala esta joven víctima de la falta de tiempo para el ocio playero. Luelmo no está abonada al centro y paga religiosamente los 3,5 euros que cuesta cada sesión de un cuarto de hora como máximo. Con la llegada del buen tiempo, los rayos UVA y las cremas autobronceadores cobran auge como alternativa frente al tumbing playero, para los que no disponen de horas libres suficientes para caminar o coger un vehículo y tumbarse tranquilamente en uno de los arenales de la ciudad. Gran parte de la gente que acude a las playas no lo hace para bañarse sino para ponerse morena, así que los rayos se convierten en alternativa rápida y eficaz para lograr este objetivo. Es más, en el mismo día que se va a la playa no se deben tomar rayos UVA. Tampoco hay que repetir dos días seguidos bajo la lámpara, sino dejar pasar, por lo menos, uno de descanso. Cientos de vigueses acuden especialmente en estas fechas finales de primavera a este tipo de establecimientos. Las bodas y comuniones impulsan la demanda, aunque durante todo el año hay movimiento. Gafas de protección Los solarios advierten que los rayos de los aparatos UVA pueden afectar a la piel y a los ojos. Estos efectos dependen de la naturaleza e intensidad de los rayos y de la sensibilidad de cada individuo. A las personas pelirrojas y con pecas oscuras no se les recomienda broncearse y las rubias o castañas con ojos azules o verdes se les aconseja usar factor de protección entre 8 y 20. Eduardo Pérez, propietario de la cadena Icaria, que cuenta con tres solarios en Vigo, señala que aunque se ha producido un auge «el número de usuarios apenas puede constituir un 0,5% de la población. Hay margen para crecer». En el solario de Camelias hay un estante llenos de gafas de protección, cada una con el nombre del usuario. Teresa Soliño coge las suyas. «Vengo todo el año, me gusta mantenerme morenita», cuenta esta joven empleada de Zara de 18 años. La alternativa de comprarse un lámpara de rayos UVA para tenerla siempre disponible en casa no es muy aconsejable, según los técnicos de este tipo de aparatos. Las lámparas se funden y necesitan mantenimiento. Además las personas que manejan los equipos reciben un curso específico. Alicia Salgueiro, experta en productos de belleza advierte que «uno de los riesgos de los solarios son los contagios», aunque matiza que «cada uno defiende lo suyo». En las perfumerías existe una amplia gama de productos que generan un moreno natural. El sol es saludable y ayuda a la calcificación de los huesos y produce efectos beneficiosos para la piel si se toma moderadamente. Pero hay que tener cautela. «La gente cada vez toma más precauciones», cuenta Salgueiro. Cápsulas En las parafarmacias se pueden encontrar productos que tiñen la piel, cuyo efecto dura una media de ocho días y también se venden betacarotenos, cápsulas que reactivan la melanina y que contienen aceite de borraja, complementos vitamínicos e hidratan mucho al piel. La demanda está creciendo estos días, según ratifican en estos establecimientos.