La Mirilla
26 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Es una de las señas de identidad que ha buscado Roberto Verino en su nueva tienda de Vigo. El diseñador, que ayer actuó de Cicerone de lujo en el establecimiento, afirmó que éste supone la culminación de una búsqueda de años. «Instalarnos en un escenario de máximo nivel como es la calle del Príncipe ha sido una aspiración largamente acariciada que, al fin, hemos podido hacer realidad», explicó. Y eligieron uno de los edificios más emblemáticos de la calle que, además, gracias al trabajo del arquitecto José Villacé, han puesto en valor. Porque, según reconoce el propio Verino, uno de los sellos de la marca, más allá de la moda, pasa por respetar el entorno. «La estética tiene que ser ética», sentencia. Estamos de acuerdo. Roberto Verino, que vive a caballo entre su casa de Monterrei y Barcelona, es muy optimista sobre el momento que vive el sector en Galicia. «Es fantástico», subraya. Si se le mienta la competencia oriental, le sale la vena profesional y dice que es cierto que algunos pueden estar pasándolo mal, pero eso es porque no hicieron los deberes en su momento. Los que sí los hicieron, dice, no sólo mantienen, sino que están aumentando la producción. En tono menos serio (aunque no menos importante), me hace su lista de prendas que esta temporada no pueden faltar en el armario de ninguna mujer: chaqueta corta, trench comodín para lluvia y frío y un vestido, que saca de muchos apuros. Le hago ver que los sueldos son los que son y, a veces no es posible acceder al diseño de calidad, máxime con tanto vaivén. Verino no está de acuerdo. Dice que una de sus apuestas es la intemporalidad, de suerte que la actualidad de una prenda está garantizada durante años. No hay que ser exclavos de la moda. Roberto Verino, que tiene un centenar de tiendas diseminadas por España, dice que es en Galicia donde más a gusto se encuentra: «Me siento gallego, me manifiesto gallego y quiero morirme en Galicia». Amén. Hasta de cinco países distintos pueden probarse en Douglas (Centro Comercial Travesía). En concreto de Noruega, Francia, Italia, Gran Bretaña y España. Tienen un denominador común, proceden de deshielo, es decir, de manantiales que nacen a más de mil metros de altura. Detrás de tan original iniciativa está La Prairie. La prestigiosa marca, que acaba de sacar un perfume con forma de gota (Silver rain), celebra de esta creativa forma el segundo aniversario de Douglas en Vigo. El perfume es tan exclusivo que La Prairie ha lanzado incluso una edición para joyería, diseñada por el orfebre francés Christofle. La edición, claro, está numerada. Las aguas podrán catarse hasta el 5 de noviembre. Entre ellas, la que se considera la más cara del mundo, Voss. La carta incluye Acqua Parma, Perrier, Ty Nant y Monte Pinos. Belleza y agua, una combinación perfecta.