OPINIÓN | O |

05 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

CADA vez más en algunos ámbitos de la sociedad se habla de la mujer y sus mayores, cuotas de representación para cumplir promesas de igualdad. Para mí, dicha cuestión se ha sacado del contexto de la lógica actual, en donde lo que importa es la competencia y el talento y no el sexo. En una sociedad moderna como la actual en la que el equilibrio debe ser una virtud y en la que la preparación y otra serie de cualidades como la capacidad y otras, son un imperativo de primer orden; el hablar de discriminación de manera general, no es fiel reflejo de la realidad. Entre otras muchas cosas porque las mujeres están muy bien preparadas y por el magnífico trabajo desarrollado en las últimas décadas, demostrando que eran capaces de superar a sus semejantes, consiguiéndolo en muchas ocasiones. No cabe duda, que el mundo laboral necesita de los valores y aportaciones de la mujer igual que la de los hombres, independientemente de que sea de un sexo u otro. Será cuestión de que ambos estén en el lugar que le corresponde en función de su buena preparación y cualidades. En fin, lo más importante será encontrar un equilibrio entre lo que se desea y lo que se ha conseguido. No hay que ser impaciente ya que la felicidad es el arte de extraer de la vida los grandes argumentos, combinando lo físico o lo cultura pero también otras muchas cuestiones. Y porque la madurez, nos aporta serenidad y lucidez.