¿Pero esto qué é lo que é?

La Voz

VIGO

ÓSCAR VÁZQUEZ

BEGOÑA R. SOTELINO CRÍTICA El «fenómeno» Estopa arrasó en Vigo en el último concierto de su gira por Galicia

25 abr 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El del medio de Los Chichos se me ha aparecío en sueños. Lo juro. Después de comprobar in situ que el fenómeno Estopa es real y no un capítulo de Expediente X sé que la verdad no está ahí fuera. Estaba allí dentro, en el Pabellón de As Travesas de Vigo, donde más de cinco mil personas de todas las edades cantaban las canciones de Estopa de principio a fin, una por una, y más alto que ellos. Casi no se les oía, pero daba igual. En realidad, si a los hermanos Muñoz se les rajara la voz no importaría, porque su público va a escucharse a sí mismo en una especie de convención de macrocaraoke con aroma a porro y birra o un Festival de Corales de la Rumba Macarrita para el récord Guinness. «Mola mazo, coleguita» y «Lo flipas, tio», los comentarios más repetidos. Dos pivitos de barrio, calorrillos y a mucha honra, hacen canciones pegadizas de esas que suelen ser la banda sonora de las casetas de feria de atracciones, de las que renegarían hace unos años cualquiera de los allí presentes, -chachos, payos, pijos, modernos, jóvenes y viejos-, y alucinan mogollón y cantan Ke pasha con deje de colgao. ¿Esto que é lo que é?, se preguntaba David Muñoz entre una estrofa y otra, porque seguro que ni él mismo entiende el fenómeno Estopa con el que arrasan en toda España. En Vigo, como en cada escenario por el que pasan, se congreraron fans de todas las edades. Cuando se dice de todas las edades, normalmente se hace referencia a más allá de los quince. Pero no en el caso de Estopa. Niños de menos de cinco años recitan apasionados, con sus papás de la mano, letras como Lo reconozco, fumo porros a diario, me fumo uno y es como poner la radio. Anda dame que fume porque me siento solo, porque no quiero estar triste. Los teloneros Reach disfrutaron del baño de masas y Estopa salió puntualísimo a escena. Fue menos de hora y media de intensa ración estopera aunque la audiencia quería más y ellos no se partieron la camisa como Camarón. Bueno, como decía David, en su momento filósofo de la noche: la vida no es solo la caña que le des. Son las cañas que te tomes. Primero fueron los Chichos y Los Chunguitos, precursores incomprendidos de la rumba agitanada. Luego llegó Camela avisando de lo que podía pasar, y ahora Estopa confirman la tendencia. ¿Quién dijo que la música del siglo XXI es la electrónica y el sueño deseado los viajes al espacio? El futuro es el lolaio y tener kely guapa en el barrio más ordinario. Extraordinario.