—Usted estuvo presente como jugador en grandes gestas europeas. ¿Le recordó a lo del Milán?
—Mucho. Hay muchísimas similitudes. La salida del equipo aquel día fue igual, también muy excitados, lo que pasa es que nosotros éramos ya más maduros y no tuvimos esos problemas musculares. Pero en la esencia fue igual. Aquel día recuerdo que nos marchamos todos corriendo al vestuario en el descanso y eso fue porque también estábamos sobreexcitados. Aquí fue lo mismo. Esas ansias, ir con una o dos marchas de más, nos ayudó a remontar tanto contra el Milán como contra el Pogon. Aquel día también recuerdo que en la segunda parte bajamos, fue más trabada, ellos apretaban más y a nosotros nos costaba salir... El miércoles sufrimos más, nos generaron dos o tres ocasiones claras, pero después de que pasara ese momento volvimos a tener control y generamos nuestras situaciones. El gol fue más tardío, pero fue el mismo resultado.
—Un consejo que les haya dado.
—Les pusimos el vídeo contra el Milan y también el del PSG para que vieran que se podía. Era importante que supieran que a veces las cosas no salen bien durante los 90 minutos. Contra el PSG marcamos cuatro goles entre los minutos 55 y 80 y les dije que lo tuvieran en cuenta, que no se podían rendir nunca hasta el final porque todo era posible.